La próxima noche del domingo al lunes se producirá un eclipse lunar muy particular que sólo se verá desde América y Europa. Pero en Asia la luna también juega un papel fundamental en esta época, especialmente en Japón donde se va a celebrar el Tsukimi (月見), “mirar la luna”. Una tradición que llegó desde China y que, como todas las buenas festividades, lleva asociada comida típica que en este caso tiene mucho que ver con la época del año.
Los que me conocen saben que me fascina la cultura japonesa y por eso no puedo evitar sentir atracción por todas las tradiciones y festividades particulares que llenan su calendario. Las leyendas y mitos que se derivan de ellas les dan un especial halo mágico, y la comida es el remate final para conquistarme. Reunirse en familia o con amigos a compartir platos típicos mientras se contempla la luna, ¿no os parece un buen plan para recibir al otoño?
En Japón y en China, y también en otros lugares del mundo, se mantienen tradiciones derivadas de la creencia de que en la luna habita un conejo. Para los chinos, el animal está creando el elixir de la inmortalidad según un mito budista, pero para los japoneses lo que está haciendo es amasar mochi, el típico dulce de pasta de arroz. Se supone que las marcas que se pueden ver sobrel satélite reproducen la figura del animal en pleno proceso sobre el mortero con un mazo.
Cada año el Tsukimi se celebra en una fecha diferente, normalmente a finales de septiembre o principios de octubre, según el ciclo lunar. Esta vez ha caído en domingo, y mañana las familias japonesas se reunirán en un lugar con buena visibilidad para contemplar el esplendor de la luna y recibir al otoño. Es una costumbre que antiguamente sólo practicaba la familia imperial y en la que se hacían ofrendas a la diosa de la luna, pero pasó a ser popular entre toda la sociedad.
¿Qué se come durante el Tsukimi? Se mantiene la idea de llevar ofrendas a la luna, aunque ya sin tanto significado religioso. Como era de esperar, la masa de mochi juega un papel esencial, con la que se elaboran las típicas bolitas dango que se colocan en forma de pirámide. Además tienen protagonismo los productos típicos de otoño, como kakis, boniatos, castañas y otras frutas, todo acompañado de sake o té.
Curiosamente esta tradición ha tenido también repercusiones en la cocina al asociarse la forma de la yema de huevo a la luna llena. Así, muchas elaboraciones que se completan con un huevo suman a su nombre el término del Tsukimi, por ejemplo un plato de fideos o incluso una hamburguesa – las cadenas de comida rápida aprovechan esta época para sacar ediciones especiales de sus productos-. También se elaboran otros dulces con forma de conejo, normalmente rellenos de anko, la pasta dulce de judías azuki.
A mí el Tsukimi me parece una tradición muy bonita que cualquiera puede imitar adaptándola a nuestros gustos gastronómicos, aunque a mí personalmente me chifla el mochi. Dar la bienvenida al otoño, agradeciendo las cosechas y compartiendo los primeros productos otoñales como castañas o boniatos, puede ser una buena manera de despedir definitivamente al verano. Y es que todas las tradiciones y festividades saben mejor con buena comida.
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