Como ya sabemos, los cupcakes tienen su origen en EEUU. Con anterioridad hemos hablado de las diferencias en cuanto a elaboración y decoración en distintos países por el mundo.
Pero si buscamos una pequeña rivalidad entre dos países cuyas diferencias son muy notables, esta sin duda se da entre Francia y EEUU. En Francia los cupcakes son una moda reciente ya que se empezaron a ver en la capital francesa desde el año 2008.
Al mismo tiempo que los famosos macarons se instauraban en New York con una tienda de Ladurée, los cupcakes llegaban a París de la mano de una conocida cadena francesa de alimentos congelados. El intercambio cultural gastronómico estaba asegurado, y como era de esperar no tardaron en surgir las diferencias entre ambos.
Las diferencias
Los cupcakes franceses habitualmente se hacen rellenos. Para ello se saca una porción de bizcocho con ayuda de, por ejemplo, un descorazonador de manzanas y se rellena de crema, mermelada o cualquier otro exquisito ingrediente. También los encontramos con un relleno en la zona inferior de la base del cupcake que se realiza con una boquilla larga. Los cupcakes americanos carecen habitualmente de esta pequeña "sorpresa" en su interior.
En Francia los cupcakes son de sabores refinados y delicados, al igual que toda su repostería. Abundan los aromas sofisticados, deliciosos y florales con sabores tan deliciosos como rosa, jazmín, amapola y violeta, influencia de sus afamados y delicados macarons.
Además, en general, los cupcakes franceses recurren a coberturas mucho más ligeras con menos mantequilla.
Son habituales las cremas de queso, merengues o glaseados en lugar de mantequilla o fondant como sucede en los cupcakes americanos. En general huyen de los cupcakes que pueden resultar pesados para el paladar.
La decoración también es un punto en el que difieren: mientras que los pastelitos americanos tienen temáticas a menudo infantiles y con adornos y colores llamativos, los franceses recurren a adornos delicados y de colores pastel en su mayoría.
Si nos fijamos muchos cupcakes americanos se adornan con figuras de fondant y coberturas muy dulces y abundantes, mientras que nuestro país vecino recurre también a frutas, frutos secos, azúcar glacé, piezas de azúcar y glaseados ligeros, que no tienen nada de exagerados.
Las diferencias llegan hasta el plato. Si los cupcakes americanos se comen por la calle con una servilleta, los franceses prefieren tomárselos sentados, y por supuesto con cuchillo y tenedor, para no perder ni un ápice de su característico refinamiento.
Incluso desde hace tres años se celebra en Paris en el mes de octubre el Cupcake Camp un evento en el cuál se reúnen reposteros y particulares de todos los niveles, tanto americanos como franceses, para "competir" de forma amistosa. Todos los beneficios obtenidos en esta competición se destinan a obras benéficas.
Sea como sea no debemos generalizar. Sólo he pretendido mostrar las notables diferencias de estos dulces bocados entre dos países.
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