Las envasadoras al vacío son aparatos muy útiles que ayudan a conservar más y mejor los alimentos, pero hay que admitir que son un trasto más al que buscar sitio en la cocina. Sin embargo, sí podemos imitar la técnica fácilmente sin usar ningún equipamiento especial, con un truco que en las redes se ha bautizado como el envasado al vacío humano. En inglés suena mejor.
El human vacuum seal consiste básicamente en aspirar con los propios pulmones todo el aire posible de una bolsa de envasado de uso alimentario. Para que sea más fácil y efectivo lo ideal es emplear una bolsa con cierre tipo zip o cremallera, ya que hay que dejar un orificio muy pequeño abierto, evitando que se cuele aire por el resto de la abertura.
También es más fácil hacerlo con la ayuda de una pajita, de tal modo que se pueda ajustar aún más la abertura, colocándola bien dentro de la bolsa, y de una forma más higiénica que solo aspirando directamente con la boca sobre la bolsa.
El procedimiento es muy sencillo y bastante intuitivo. Lo primero es tener claro qué se va a envasar y si su destino es el congelador, pues es preferible precongelar algunos alimentos en porciones un par de horas antes de usar la bolsa, por ejemplo introduciéndolos en el congelador sobre una bandeja con papel antiadherente.
Como ya explicamos en la mejor forma de conservar el pan, si una masa se corta en rebanadas o si vamos a congelar fruta cortada o café en grano, por ejemplo, evitaremos que se peguen las porciones entre sí dentro del envase o con la propia bolsa.
Una vez colocados los alimentos que queremos conservar dentro de la bolsa, hay que extraer el máximo de aire posible con las manos, y después cerrarla bien con el sistema de zip, dejando solo abierto un extremo. Por ahí es donde hay que introducir la pajita, agarrar bien el contorno para que no salga el aire, y finalmente toca aspirar.
Tampoco hay que dejarse los pulmones aspirando -más que nada para evitar mareos-, pero obviamente el método será más efectivo cuanto más aire logremos extraer. Veremos que en la bolsa se produce el mismo efecto que al emplear una envasadora o bolsa de vacío de ropa, adhiriéndose el material al alimento, como una segunda piel.
Cuando ya no podamos sacar más, solo queda sacar rápidamente y con cuidado la pajita cerrando la pequeña abertura inmediatamente después. Y ya está lista para guardar, refrigerar o congelar.
No habremos sacado todo el aire pero el resultado es muy bueno en alimentos sencillos y no muy delicados, como panecillos, rebanadas de pan cortado, fruta firme, quesos duros, magdalenas o muffins, porciones de bizcocho, frutos secos, café en grano, etc. Además de conservarse mejor, ganaremos espacio en el congelador, nevera o despensa.
La autora del vídeo en TikTok que nos descubrió este sistema lo recomienda especialmente para masa cruda de galletas, siempre en porciones y precongeladas, de tal forma que puede disfrutar de cookies recién hechas siempre que tenga un antojo, sin necesidad de andar horneando gran cantidad de golpe o preparando toda la masa cada dos por tres.
Asegura que es higiénico y seguro, aunque no se recomienda este método para envasar alimentos que entrañen más riesgo de contaminación o muy delicados, como carne cruda o pescado. En cualquier caso, hay que procurar que la pajita no toque el alimento y no exhalar dentro de la bolsa. Y siempre hablamos de un uso doméstico particular.
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