Rayados y casi opacos: es muy habitual que algunos vasos y copas terminen absolutamente envejecidos y, por los servicios prestados, nos resistamos a deshacernos de ellos.
Sin embargo, su presencia en nuestros armarios no hace más que embutecer la imagen conjunta y añadir un ruido innecesario al conjunto.
El vidrio va perjudicándose conforme lo maltratamos en el lavavajillas, lo frotamos con estropajos de forma insistente y lo mezclamos con afilados y puntiagudos cubiertos.
Pues bien, la buena noticia es que no hace falta deshacerse de ellos, sino que un truco nos permite repararlos y conseguir que vuelvan a lucir como si los estrenáramos.
Sal, agua y bicarbonato
Este truco, viral en redes sociales, permite devolverles el brillo (evidentemente no como el que tenían el primer día) en pocos minutos y para el que es necesaria sal, agua y bicarbonato de sodio.
Hay que poner una cucharada de sal y dos de bicarbonato dentro del vaso previamente llenado con agua caliente. Esta mezcla tiene que reposar unos diez minutos para actuar.
Después, hay que verter la mezcla y lavar el vaso con un estropajo como se haría habitualmente (en versión a mano), y dejarlo secar.
Este mix de ingredientes habrá conseguido eliminar las rayas y manchas del vaso acumuladas tras lavados con lesivos detergentes en el lavavajillas.
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