Fundada el 9 de agosto de 1884, la destilería del Ron Arehucas, es una de las más antiguas de España y una de las pocas que sigue fabricando el mismo producto desde su apertura: ron.
Y es que, aunque asociemos este destilado con el Caribe, de donde procede la mayor parte del ron que se consume en la península, lo cierto es que todo apunta a que la bebida empezó a fabricarse en España.
“Todo el mundo piensa que la caña es una planta americana, pero es asiática y llego a nosotros a través de los árabes”, explica a DAP César Arencibia, director de Comunicación de Ron Arehucas.
Esta hierba tropical, con la que se fabrica el ron, es originaria de nuestras antípodas, en concreto de la isla de Nueva Guinea, donde fue domesticada por vez primera. De allí llegó a China e India y fueron los árabes los que la llevaron por todo el mundo musulmán hasta Granada –donde pervive una de las pocas destilerías de ron que quedan en la península–. Allí fue un cultivo importante, antes de que llegara a Canarias, donde, dado su carácter tropical, crecía mucho mejor.
“Las Islas Canarias se incorporan a la corona de Castilla en el siglo XV para poder plantar caña de azúcar”, explica Arencibia. “Se extiende el cultivo por todas las islas menos las más orientales, porque necesita mucha agua y mucho sol. Durante mucho tiempo fue una fuente de riqueza fundamental”.
¿Es el primer ron canario?
Los primeros encargados de gestionar los ingenios azucareros, explica el portavoz de Arehucas, fueron emigrantes portugueses que trabajan en las plantaciones de caña de Madeira: llegaron en masa a la isla, dejando una impronta importante tanto en el idioma como en su gastronomía.
Fue el propio Cristóbal Colón el que, en su segundo viaje a América, realizado entre 1493 y 1046, llevó a La Española –que hoy comprende a República Dominicana y Haití– la caña de azúcar que cargó en su escala en Canarias.
“Fue el primer clavo en la tumba de la producción de caña, porque Canarias no podía competir con los precios de la producción de azúcar en Latinoamérica”, explica Arencibia.
En aquellos siglos el azúcar de caña era un producto caro y muy demandado, pero como endulzante. El destilado del alcohol, aunque se cree que apareció primero en Asia, no llegó a Europa hasta el siglo XI o XIII y se usaba para aplicaciones medicinales.
¿Cuándo comenzó a usarse para fabricar bebidas? Nadie lo sabe a ciencia cierta, pero Arencibia cree que es muy probable que el primer ron del mundo se fabricara en Canarias: “Había ordenes monásticas en las islas desde el siglo XV que ya tenían alambiques y conocían la técnica, aunque se usaba para objetivos medicinales. Afirmar dónde se destiló el primer ron es imposible, no hay registros en ningún sitio, pero aquí existía la materia prima y la técnica antes que en el Caribe. Se sabe que en el siglo XVIII se elaboraba ron en Canarias, aunque no se llamase ron, eso sí está registrado. Si se hizo antes no se sabe. Pero no es para nada descabellado, no es peregrino, que se destilara por primera vez en Canarias. Es muy probable”.
Auge y caída de la industria del ron
Aunque el cultivo de caña de azúcar disminuyó enormemente en Canarias tras la llegada de los cultivos a América, este resurgió con fuerza en siglo XIX, coincidiendo con la perdida de España de sus últimas colonias ultramarinas.
Fue al albur de este resurgir de la caña de azúcar cuando se funda en la localidad de Arucas (Gran Canarias) la fábrica de azúcar San Pedro, dedicada fundamentalmente a la producción de azúcar pero que, ya desde sus inicios, se dedicó a la elaboración de aguardientes de caña y ron.
El primer ron producido en las instalaciones, las mismas que hoy se han convertido en el principal atractivo turístico del municipio, llevaba el nada original nombre de Ron de Arucas. Pero debido a una ley que por aquel entonces prohibía utilizar topónimos como marca para vender alcohol se cambio su nombre al actual Ron Arehucas, el antiguo nombre guanche del municipio.
Como la mayoría de las decenas de destilerías que surgieron en Canarias en el siglo XIX, San Pedro estuvo apunto de cerrar sus puertas en los años 20 del siglo XX, cuando, otra vez, se fue al traste el negocio de la caña de azúcar debido a la competencia de las plantaciones americanas. Pero, tras anunciar su cierre, uno de los empleados de la compañía, su jefe de administración Alfredo Martín Reyes, compra la fábrica junto algunos socios y, poco a poco, la reconvierte en destilería pura y dura.
Un ron 100% canario
Ron Arehucas, que es desde hace décadas el más vendido en las Islas Canarias, sigue siendo una empresa familiar, propiedad hoy de los bisnietos de Martín.
Durante mucho tiempo, la destilería ha funcionado importando predestilados de azúcar o melazas –es imposible importar la caña de azúcar tal cual, porque se seca–, pero hace 20 años volvió a plantar caña de azúcar.
A día de hoy, entre sus plantaciones propias más la caña que compra a algunos proveedores de la isla, Arehucas fabrica con aguardiente de caña local todos sus rones añejos. El resto de referencias se elaboran con una mezcla de aguardiente de caña de la isla y predestilados que se compran en el mercado internacional y se acaban de destilar aquí.
Arencibia explica que es mucho más caro cultivar caña de azúcar en Canarias que comprarla ya procesada fuera, pero esta permite hacer rones de más calidad, que pueden competir en un mercado que cada vez se parece más al del whisky. El público que compra ron de calidad para beber solo está creciendo.
“El ron tiene una tiene una versatilidad que quizás no pueda ofrecer el whisky por el hecho de que se pueda encontrar en muchos más países y continentes, con tradiciones distintas”, explica el portavoz de Arehucas. “La materia prima tiene mayor riqueza aromática que la de cualquier otro destilado”.
Ya hace años que Arehucas lanzó al mercado la marca Capitán Kidd, en honor al famoso corsario británico que pasó por las islas Canarias. Este ron premium, que se vende a en torno a 130 euros la botella, se elabora tan solo con aguardiente de caña proveniente de la zafra de 1983 –como se conoce en Canarias a las cosechas–. No quedan muchas botellas. Cuando se acabe no habrá más.
Su sustituto en la línea premium son los rones añejos single cask, como se conoce a los destilados añejados en un solo tipo de barrica, en este caso que ha albergado antes palo cortado, sin mezclar con destilados de otras temporadas.
La idea de la compañía es seguir lanzando referencias para el mercado premium, mientras lucha por hacerse un hueco en los bares del resto de España, dominados por completo por los rones dominicanos.
“Somos parte de España y nos sentimos muy cercanos a los peninsulares y ellos a nosotros”, concluye Arencibia. “Eso ayuda, pero las ventas no solo dependen de dónde produzcas y de tu calidad, depende de tu músculo financiero, y el sector de los destilados están dominado por cuatro multinacionales. Es difícil penetrar en el mercado”.
En DAP | Receta de piña colada