Los vinos blancos espumosos, como el cava o el champán, son los protagonistas indiscutibles del brindis de Fin de Año.
Pese a su distinto nombre, consecuencia inevitable del primer litigio en materia de denominaciones de origen de la historia, ambos son vinos que se elaboran siguiendo el méthode champenoise. Y, aunque las variedades de uva pueden variar, el servicio es el mismo.
En Nochevieja somos muy dados a hacer el ganso con las botellas de cava, proyectando el corcho contra nuestro cuñado o simulando que hemos ganado las 24 horas de Le Mans. Pero, aunque nadie dice que no sea divertido, si lo que queremos es disfrutar del vino en sí es mejor ser más cuidadosos con su servicio.
Solo tenemos que tener en cuenta tres cuestiones:
1. Temperatura
Por norma general, solemos tomar el champán y el cava a la temperatura de nevera. Esto es, en torno a los 4 grados. Un frío que, para la mayoría de vinos, es excesivo.
Según las recomendaciones de la DO Cava, lo ideal es tomar el cava joven en torno a los 8º, y si vamos a abrir un Reserva o Gran Reserva, mejor que esté incluso un pelín más caliente, a unos 10º. Si tomamos el vino demasiado frío, se aprecian menos los aromas, pero si está demasiado caliente, se acentuará demasiado el alcohol.
Lo mejor, siendo puristas, es sacar las botellas antes de la nevera en torno a 15 minutos antes de servirlas, y luego, si no se toman de inmediato, conservarlas en una cubitera con agua y hielo, permitiendo así mantener la temperatura baja hasta la finalización de la botella.
2. Descorche
Hacer el descoche de manera correcta quitá un poco de guasa al acto de abrir la botella, pero nos evita romper alguna bombilla y, además, derrochar parte del producto.
Estos son los pasos a seguir para abrir correctamente una botella de champán o cava:
- Quitar la cápsula.
- Inclinar la botella unos 45º.
- Aflojar el morrión –la jaula de alambre que se calza sobre el corcho de la botella– sin sacarlo.
- Sujetar el morrión con el pulgar colocado en la parte superior del corcho para evitar que se desprenda antes de lo previsto.
- Girar la botella por la base (nunca por el cuello) así ejerceremos la presión necesaria para que el corcho ceda fácilmente y sin esfuerzo, acompañándolo en todo momento para evitar que salga disparado.
- Mantener la botella con una ligera inclinación permitiendo que la presión del interior se estabilice evitando así el derroche de espuma.
3. Servicio
En la actualidad, la copa preferida para el servicio del champán y el cava es la conocida como "copa tulipa", parecida a la copa de flauta, aunque un poco más abierta en la parte superior. “Su estilizada forma es ideal para preservar y disfrutar de la burbuja del Cava, mientras que la ligera amplitud de la parte superior permite disfrutar mejor de todos sus aromas", explican desde la DO Cava”.
Lo que ya no se lleva nada son las copas anchas, antes ubicuas para el champán, que no permiten que se conserven correctamente la burbuja.
Para servir correctamente el cava, solo debemos inclinar la copa en un ángulo de 45· y, con la botella lo más cerca posible del vaso, servir lentamente el vino, sin levantar espuma. Los vinos espumosos no son cerveza, no nos interesa generar carbónico de más.
¿Y cómo conservar el cava?
Cualquier experto nos diría que evitemos a toda costa tener sobras de espumosos, pues pierden cualidades muy rápidamente una vez abiertos. Pero si nos ha sobrado algo de vino, siempre podemos conservar el cava o champán con un tapón especial. El truco de la cucharita es un mito: no sirve para nada.
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