Joana Costa
EditorEn La Browneria, una pequeña tienda take away en Barcelona, el único idioma que se habla es el del chocolate belga bien hecho. Y sin gluten, para que no haya excusas y para llegar a un público universal. Al fin y al cabo, aquí no hay tartas complicadas ni vitrinas con 200 mil tipos de pasteles.
Solo hay brownies, cookies y café. Suficiente para quienes entienden que la perfección necesita foco. Lo demás es decoración. Literalmente. Concebido como un lugar de paso para quienes quieren llevarse al trabajo un café con algún premio, este local está pensado para parar en él unos pocos minutos.
En este marco, el brownie estrella es húmedo hasta el exceso, oscuro como una crisis existencial, y libre de gluten como una generación entera de consumidores que ya no quiere negociar con su intestino irritable. El pistacho entra en escena como un personaje secundario que roba totalmente el protagonismo.
Brownies de pistacho
En este marco, el brownie estrella es húmedo hasta el exceso, oscuro como una crisis existencial, y libre de gluten como una generación entera de consumidores que ya no quiere negociar con su intestino irritable. El pistacho entra en escena como un personaje secundario que roba totalmente el protagonismo al resto.
Este brownie es uno de los artistas indiscutibles peleando con el brownie sin nada y el que está recubierto de otras suculentas propuestas como el que lleva nuez pecana. Al fin y al cabo, qué no combina con un buen chocolate belga.
Las cookies, veganas y con azúcar de coco, podrían parecer saludables si no fuera porque el sabor es tan denso que da igual la etiqueta. De chocolate con avellanas, o con cacahuetes, son una forma de resistencia ante el culto a la dieta.
La estética del local es minimalista, casi clínica. Es como si sus propietarios quisieran que todo lo importante pasara en la boca, no en los ojos. Todo es take away. Nada de mesas. Aquí se compra, se muerde y se sigue. En silencio. Porque masticar exige concentración.
Mención aparte merecen los precios, bastante desorbitados si se tiene en cuenta que en bares cercanos la clásica fórmula de café con croissant no supera los 3 euros. Aquí, los brownies rozan los 4 euros y si se combinan con un café ya alcanzan prácticamente los 5 euros. Pero de eso se trata: de un capricho caro pero puntual (además cabe tener en cuenta que lo sin gluten siempre paga peaje extra por el precio de sus ingredientes de base).
Barcelona suma así otro lugar de culto para quienes quieren postres sin concesiones. Y sí, se puede pecar sin harina de trigo. La prueba está en la Calle Girona 114, donde un brownie de pistacho nos espera cada día (que podamos) con los brazos abiertos.
La Browneria
- Dirección: Calle Girona, 114 (Barcelona).
- Precio: 5 euros
- Horario: De lunes a viernes, de 9 a 20 horas. Sábados y domingos, 10.30 a 14.30 y de 16 a 19 horas.
Foto | Joana Costa y labrowneria.bcn
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