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Una buena digestión marca la diferencia

Una buena digestión marca la diferencia
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Parece que en la actualidad todos llevamos un ritmo de vida apresurado que apenas nos deja tiempo para preocuparnos de nosotros mismos: madrugones, prisas, poco tiempo para comer, carreras para llegar a una hora determinada, cansancio… Sin embargo todo esto nos perjudica y el cuerpo se resiente, así que en ocasiones merece la pena reorganizar todas nuestras actividades, dedicando especial atención a la hora de la comida.

Por eso me gustaría invitaros a tomaros la hora de la comida como una oportunidad para cuidar vuestra salud física y psicológica. Si coméis bien eligiendo ingredientes y disfrutando de cada bocado, vuestro cuerpo os lo agradecerá; y si sentís el placer del tiempo dedicado sólo a vosotros (con o sin compañía), vuestro nivel de estrés descenderá.

Si cada uno de nosotros conociera bien nuestro cuerpo y fuéramos capaces de discernir qué alimentos nos sientan bien, y cuáles entorpecen nuestras digestiones, parte de los problemas digestivos desaparecerían. Ya sabéis a qué me refiero: pesadez, hinchazón abdominal, acidez, etc Podemos recordar consejos que nos dieron nuestras madres, o leer trucos que podamos aplicar a nuestra alimentación, pero el mayor consejero siempre debería ser nuestro propio organismo. Por eso si combinar hidratos de carbono con proteínas no nos sienta bien, o si preparar las salsas con nata nos resulta muy “pesado”, tendremos que pensar en alternativas que nos gusten y nos proporcionen una estimulante sensación de vitalidad.

¿Por qué creo que una buena digestión marca la diferencia?, porque es lo que nos permite seguir activos después de haber comido, sin encontrados muy cansados, incómodos, o deseando que acabe el día.

Y os voy a contar algo, yo di en el clavo cuando dejé de tomar lactosa hace tres años, porque los síntomas más evidentes (muchos problemas intestinales) no eran nada comparados con la incomodidad de sentirme agotada continuamente o congestionada sin motivo. Esas molestias desaparecieron, y yo aprendí muchísimo sobre nutrición, enriqueciendo mi cocina y mi alimentación.

Entonces ¿qué hacemos para conseguir una buena digestión?:

Mesa
  • Procurar que la comida no sea muy copiosa.

  • Incluir verduras crudas a modo de ensalada (siempre que sea posible).

  • Evitar los alimentos que sabemos que no nos sientan bien. Podemos seguir nuestra intuición y eliminarlos progresivamente para intentar determinar “qué cambio necesitamos”, y al mismo tiempo no perjudicar nuestra nutrición.

En este sentido no deberíamos hacer cambios drásticos sin haber consultado al médico o nutricionista. Porque no es lo mismo prescindir de los lácteos conscientes de seguir aportando calcio a nuestro organismo, que dejar de tomar un alimento sin revisar cómo vamos a equilibrar el aporte de nutrientes.

  • Comer siempre a la misma hora, y dejar pasar al menos tres horas hasta la próxima comida.

  • Prestar atención a las formas de cocinar: los fritos deben ser sólo para utilizarlos ocasionalmente, es mucho más saludable cocer a la plancha o al vapor. Y en cuanto a las salsas, muchas veces se pueden preparar con grasas vegetales (aceite de oliva) sin tener que recurrir a los lácteos.

  • Dejar de comer cuando nos sintamos saciados, en este sentido es muy importante reconocer las señales que nos lo indican, y también lo es comer despacio, porque así es como realmente nos daremos cuenta de ‘cuándo tenemos suficiente’.

  • ’Cuidado con el postre’: a todos nos gusta comer un helado y más ahora que empieza a hacer calor, pero son preferibles las frutas, infusiones o productos sin lactosa.

La salud se cuida a través de la comida: vigilando que esta sea equilibrada y observando aquellos alimentos que no nos sientan bien. Cuando aprendemos a hacerlo, ya no cuesta tanto cambiar los hábitos, es seguro que es nuestra responsabilidad, pero sobre todo que somos los principales beneficiarios.

Imágenes | Justin Ornellas, yorkd

Macarena

Macarena González es una mamá a la que le gusta meterse en la cocina para elaborar platos clásicos, y también para experimentar con nuevas texturas y sabores. Está convencida de que la comida es fuente de salud, por eso cada día dedica tiempo a escoger los mejores ingredientes con los que preparar alimentos para su familia. Es editora en Peques y Más.

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