Ya han pasado un par de meses desde que tuvo lugar la XIII edición del Concurso Nacional de Pinchos y Tapas Ciudad de Valladolid y con él el nacimiento del Primer Campeonato Mundial de Tapas y todavía sigo reviviendo los grandes momentos de este gran evento gastronómico. Hoy quiero contaros, más allá de una crónica del evento, mis reflexiones sobre cómo el Concurso Nacional de Pinchos y Tapas Ciudad de Valladolid se convirtió en un Campeonato Mundial, valorando las razones sobre el éxito de este certamen.
Como ya es tradición desde hace casi catorce años, a primeros de noviembre tuvo lugar en la Cúpula del Milenio de la ciudad, el Concurso Nacional de Pinchos y Tapas Ciudad de Valladolid, un evento gastronómico muy asentado en el panorama nacional al que este año se sumaba como novedad, la celebración de la Primera edición del Campeonato Mundial de Tapas, en la que participaban chefs internacionales compitiendo entre sí y con el ganador del año pasado del Concurso Nacional español.
Al margen de la altísima calidad de las propuestas participantes en ambos concursos, todos teníamos gran curiosidad por ver cómo interpretaban el concepto Tapa los cocineros extranjeros, ya que este es un formato de comida típicamente español. Al menos, cabe decir que si bien la tapa está más o menos extendida por el mundo, el concepto de tapear o comer a base de tapas sí que es plenamente español.
La sorpresa fue generalizada ya que quedaba claro que los participantes de los distintos países comprendían perfectamente este formato Tapa, -plato elaborado en tamaño miniatura, para comer en dos o tres bocados y con coste barato- hasta el punto que según nos comentaban los miembros del Jurado, la calidad de muchos de los pinchos o tapas que se presentaban al concurso internacional, superaba el nivel de algunos de los que se presentaron al certamen nacional.
El éxito de la convocatoria de ambos concursos ha quedado patente, convirtiendo un año más a Valladolid en la Capital mundial del pincho y la Tapa, que es sin duda nuestra receta más universal, nuestra forma peculiar de comer, famosa e imitada en todo el mundo.
Tras el concurso Mundial, ha quedado claro que este formato de comida tiene todo para gustar a cualquier comensal, hasta el punto que Rafael Ansón, Presidente de la Academia de Gastronomía, ratificó su pretensión de conseguir que pronto la tapa sea considerada por la UNESCO como un Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, como ya ocurriera hace poco con la pizza.
Razones para el éxito del Concurso Nacional de Pinchos y Tapas Ciudad de Valladolid y su evolución hacia el Campeonato Mundial
Aunque casi todos los municipios y regiones de nuestro país tienen su particular certamen o concurso de pinchos, muchas son las razones que han convertido el Concurso Nacional de Pinchos y Tapas Ciudad de Valladolid en el principal referente en este formato gastronómico, hasta el punto que cuando se habla de Campeonato de Pinchos o de Concurso Nacional de Pinchos y Tapas, todo el mundo entiende que se está hablando del Concurso que se celebra cada año en Valladolid.
Tras observar del auge del formato de la tapa en el extranjero con incesantes aperturas de establecimientos en todo el mundo, los promotores del Campeonato han ampliado el marco del certamen culinario con un desafío internacional y en la última edición del Concurso Nacional de Pinchos y Tapas Ciudad de Valladolid cuajó su evolución para convertirse en el primer Campeonato Mundial de Tapas al que se presentaron más de 90 participantes, de los que se seleccionó a dieciséis finalistas, que acudieron a Valladolid a preparar sus tapas y participar en la primera edición del certamen Mundial.
Estas son en mi opinión las razones que justifican el éxito del Concurso Nacional (y ahora también Mundial) de Pinchos y Tapas Ciudad de Valladolid.
a) Apoyo de las Instituciones Vallisoletanas
Entre esas razones, destacamos el apoyo que recibe el certamen por parte de las instituciones públicas, patrocinando el Concurso, dando gran difusión al mismo en las calles de Valladolid e interviniendo en la apertura y en la entrega de premios y dando soporte a todo el despliegue necesario para un Concurso de este nivel.
b) El lugar elegido para la celebración
Desde hace años, el Concurso Nacional de Pinchos y Tapas Ciudad de Valladolid se celebra en la Cúpula del Milenio, un local emblemático que alberga la zona de trabajo de los participantes, el auditorio para el público, las instalaciones de trabajo de los cocineros participantes en el certamen, y los puntos comerciales de los países invitados y los stands de demostraciones y degustaciones.
El recinto tiene buena acústica, buena climatización y es perfecto para la celebración de este evento, si bien en los últimos años, la afluencia de público ha sido tan grande que empieza a quedarse pequeño, sobre todo cuando llega el momento de la presentación de los Pinchos participantes ante el Jurado.
c) El nivel de los jurados
El nivel de los miembros de los Jurados, tanto del Concurso Nacional como del Mundial era muy bueno. El jurado del Concurso Nacional, estaba presidido por el chef Alberto Chicote y estaba integrado además por Javier García Peña, chef de Sibaritas Klub, Moha Fedal, de MasterChef Marruecos y Ana Vega periodista, junto a otros nueve jurados que se fueron alternando en los distintos días.
El Jurado del Campeonato Mundial de tapas también estuvo presidido por Alberto Chicote e integrado además por Rafael Ansón, presidente de la Real Academia de Gastronomía como presidente de Honor del jurado, Pablo Vicari, del Restaurante Elkano de Getaria, Daniel Méndez, del Restaurante Loft 39 de Madrid, Pedro Martino, del Restaurante Naguar, de Oviedo, Fernando Salazar, director del Instituto Culinario de América en Texas, Mandi Ciriza, vicepresidenta de Lifestyle Channels Networks y directora de Canal Cocina, y Luis Cepeda, Periodista y crítico gastronómico.
d) Los restaurantes hermanados
Como el Concurso Nacional de Pinchos y Tapas es de ámbito Nacional, se requiere un apoyo de la hostelería vallisoletana durante el concurso. Para ello se ideó un sistema muy bueno, que es el del hermanamiento de los restaurantes locales que ofrecen, además de sus pinchos propios, los de uno de los cocineros participantes de otras provincias, haciéndolo "suyo" y apoyando así al participante. Para ello, el creador del pincho, enseña al restaurante hermanado cómo debe elaborarlo en esos días.
e) El apoyo de la ciudad y sus habitantes
Es muy interesante ver cómo ese apoyo institucional se ha trasladado a las calles de Valladolid y todos los vallisoletanos participan de una u otra manera en el concurso, yendo a los restaurantes de la ciudad que ofrecen los pinchos hermanados y asistiendo también a presenciar el certamen, probar los pinchos y apoyar y jalear a sus favoritos. Además, hablando con la gente, te das cuenta de que sienten el Concurso de Tapas como algo suyo, algo de su ciudad.
f) La organización y los patrocinadores
La organización del evento por parte de Gastronomicom News con la colaboración del Premio Nacional de la Real Academia de Gastronomía, D. Luis Cepeda, hacen que este certamen tenga cada año una mayor relevancia. Esta organización viene acompañada de los patrocinadores como Mar de Noruega, Perú, Guanajuato y otros que ayudan a dar la dimensión internacional al certamen.
Mención especial para el presentador del Concurso, Goyo González que se mantuvo al micrófono durante las tres jornadas que duraron los Concursos Nacional y Mundial, haciendo amenos los tiempos y aportando su conocimiento, humor y buen hacer.
g) La calidad de los pinchos y tapas participantes
Es difícil hacer una selección de las distintas tapas participantes que pueda serviros para que os hagáis una idea del nivel de calidad de las Tapas y Pinchos participantes. Basta con mirar las que ilustran este reportaje para que os podáis imaginar que tanto la edición nacional como la Mundial de este Campeonato de Valladolid quedaron a la altura o por encima de lo que cabía esperar, a la vista de los que se habían ido presentando en años anteriores.
Uno de los elementos más destacados de este año, ha sido la puesta en escena de las tapas y pinchos, su presentación o emplatado. Aunque a la hora de puntuar, el sabor, la posibilidad de ser una realidad comercial y la creatividad eran más importantes, hubo algunas presentaciones totalmente increíbles como esta tapa flotante que sorprendió al presidente del jurado Alberto Chicote.
Ganadores del Concurso Nacional
Entre las cuarenta y ocho tapas finalistas, estas fueron las siguientes ganadoras:
Tapa ganadora: Ensaimada de cangrejo de río, de Igor Rodríguez Sanz del Restaurante Ham, de Palma de Mallorca. Subcampeones han sido premiados Pepe Ron del Bar Restaurante Blanco de Cangas de Narcea por su Pepito de ternera blanca, y Ramón J. Rapuyade del Restaurante Hostal El Portal de Alcolea de Cinca por su tapa "Cordero de mi tierra glaseado con cola".
Otros galardonados fueron la Tapa más Tradicional, del cocinero José Francisco Luque, del Hotel Westin Palace de Madrid, por su "100% Madriz!!", la tapa más Vanguardista, que ganó Rodrigo Andrés Osorio Rodríguez, del Cenador de Amós, en Villaverde de Pontones, por su tapa ADN cántabro y el ganador del mejor Concepto de Tapa, que recayó en Íñigo Kortabitarte, del restaurante Kobika de Vizcaya, con su "Rulo de Lumagorri con hongos".
Ganadores del Concurso Mundial
Entre las dieciséis finalistas, estas fueron las tapas ganadoras:
El noruego Oyvind Boe Dalelv, del Restaurante Statholdergaarden de Noruega, ha sido proclamado Campeón del Mundo de Tapas 2017, con su tapa Bacalao noruego en crujiente de alcachofa de Jerusalén con algas. Como subcampeones han sido premiados Saito Taka Yoshi, del Restaurante Mori Farm Kagoshima, de Japón, por su tapa "Wagyu Tapas" y el español Alberto Montes, del Restaurante Atrio, de Cáceres, por su tapa "En busca del tesoro".
Además, ganaron el premio a la Tapa más Tradicional, Fátima Namili de Dar Moha Marrakech, de Marruecos, por su tapa Pastilla, el premio de Tapa más Vanguardista, fue para Francesco de Sanctis, de Sibaris Cocina Libre, de Perú, por su tapa El rostro de la quinoa y el Mejor Concepto de Tapa, lo ganó Jonathan Grandy, de Heliport Brasserie, por su tapa Carpaccio de gambas rojas de Garrucha.
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