La época de recolección del ajo de otoño no se realiza hasta finales de julio por las condiciones climáticas, y siempre es necesario vigilar atentamente el cultivo para hacerlo en el mejor momento, ya que no estar atento a su evolución puede acarrear que este no se pueda conservar a lo largo de todo el invierno.
Cuando el ajo se deja demasiado tiempo, sus dientes empezarán a separarse y se agrietarán, de manera que no se podrán almacenar al dejar de ser estancos.
Cómo saberlo
Para saber cuando este estará listo la norma dicta que hay que fijarse en que la mitad de las hojas se hayan secado o se hayan vuelto amarillas.
También es posible fijarse en que los bulbos de ajo extraídos tengan el tamaño adecuado, algo que, sin embargo, no se sabrá hasta desenterrarlos.
Hay que cosecharlos en un día soleado y cálido como los que nos regala agosto. Es mejor que la tierra esté seca y haber dejado de regar las dos semanas anteriores. Las cabezas terminarán así de secarse.
En caso contrario, si se recogen en un día lluvioso serán más susceptibles de pudrirse. En ese caso habrá que dejarlos secar al sol.Foto | Karolina Kaboompics