La belleza de los cerezos en flor es uno de los espectáculos naturales más fascinantes y esperados del año. Su floración, un evento efímero que simboliza la renovación y la fragilidad de la vida, embellece parques y jardines con sus delicados pétalos blancos y rosados.
Estos árboles no solo nos ofrecen un paisaje visual deslumbrante y espectacular, sino que también requieren cuidados meticulosos durante todo el año para garantizar que su esplendor alcance su máximo en primavera.
El mantenimiento continuo y la poda adecuada son fundamentales para fortalecer el cerezo, mantener su salud y asegurar que la floración sea abundante y duradera.
Cuidar un cerezo no se limita a admirar su floración; también implica un compromiso con su bienestar a lo largo de las estaciones, y el fin del verano es uno de esos momentos clave en su cuidado.
Los cerezos necesitan un equilibrio adecuado de nutrientes, riego y, sobre todo, una poda regular para mantenerse saludables. Esta es crucial, ya que permite que el árbol concentre su energía en las ramas más fuertes y favorece una floración más intensa y vigorosa.
Sin embargo, el proceso de poda requiere cierta precisión y conocimiento. No se trata simplemente de cortar ramas, sino de entender qué partes del árbol deben ser amputadas y sacrificadas para garantizar su crecimiento saludable y sostenido.
El mes de septiembre se presenta como el momento ideal para realizar una poda moderada en los cerezos. En este mes, el árbol ha pasado la etapa de fructificación y se encuentra en un período de relativa calma antes de la inactividad del invierno.
Una poda ligera en esta época del año permite eliminar ramas secas o dañadas, mejorando la estructura general del árbol sin estresarlo en exceso.
Con moderación
Es importante ser moderados: no se debe cortar más del 25 % de las ramas en una sola intervención, ya que esto podría debilitar el cerezo y en lugar de revitalizarlo, ponerlo en vía muerta. En cambio, una poda suave revitaliza el árbol, preparándolo para la temporada de crecimiento que comenzará en primavera.
Para mantener los cerezos en flor en óptimas condiciones, es esencial también evitar la poda en invierno, cuando el árbol está completamente inactivo. Durante los meses más fríos, el cerezo entra en un estado de letargo, y una poda en este momento podría interferir con su capacidad para recuperarse.
Además, las heridas causadas por la poda son más propensas a sufrir infecciones por hongos si se realizan durante el invierno. Septiembre, con su clima templado y estable, ofrece el equilibrio perfecto para que el árbol sane correctamente después de la poda y esté listo para enfrentar los meses venideros, mucho más duros.
Qué ramas elegir
Aparte de, evidentemente, terminar con las ramas enfermas, hay que eliminar aquellas que se crucen o que crezcan hacia el centro. Esto mejora la circulación de aire y permite que la luz solar llegue a todas las partes del árbol, lo cual es esencial para una floración exuberante la siguiente primavera.
También es recomendable prestar atención a las ramas más débiles y finas, ya que estas pueden quitarle energía a las ramas principales que sostendrán la floración y los frutos. Estas pequeñas ramas hay que eliminarlas.
A través de este mantenimiento constante y cuidadoso, es posible asegurar que el cerezo no solo florezca de manera espectacular en primavera, sino que se mantenga saludable y resistente a lo largo de los años.
Foto | Irina Iriser
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