Cuando uno da paseaos veraniegos por las zonas de campo, puede encontrar con que estas están llenas de Cds colgando a tutiplén, en un baile como cristalino acuciado por el viento.
Evidentemente, no es una cuestión de música, sino que la presencia de estos discos tiene una explicación y está relacionada con la prosperidad de la cosecha y con su protección.
La presencia de discos en los campos de cultivo no es más que una técnica de disuasión de los depredadores de frutos, a los que se busca deslumbrar con la superficie reflectante de los discos.
Es el momento de llenar los campos con estos discos tan famosos en los noventa y dos mil, y que han venido de la mano de la cibernética para reemplazar a esos tristes personajes: los espantapájaros.
La diferencia entre unos y otros es abismal, pues mientras que el espantapájaros representa una estática presencia humana y llega un punto que deja de atemorizar (si no lleva nada colgando que el viento mueva), el disco se balancea y refleja su luz en múltiples direcciones.
Además, ahora el mes de julio es un momento ideal para revestir de discos nuestro huerto: lo importante es hacerlo ahora, cuando los frutos ya están maduros.
Es, precisamente en este momento, cuando las hortalizas y las frutas en su punto exacto de maduración resultan más atractivosy golosos para los animales que viven en la zona, que los tienen fichadísimos.
Foto | iStock y Ariful Haque
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