Las coles de Bruselas tienen una reputación un poco injusta. Durante mucho tiempo se les ha asociado con un sabor amargo y poco atractivo, o que huelen de manera muy intensa, lo que ha llevado a que muchas personas las eviten. Personalmente, me fascinan y si bien están disponibles casi todo el año, la oferta se concentra en los meses de otoño e invierno, desde octubre hasta diciembre.
Ahora bien, ¿por qué tienen mala fama? Esto puede ser porque algunos compuestos naturales en las coles de Bruselas pueden darles un sabor ligeramente amargo, especialmente si no se cocinan de manera correcta. Durante mucho tiempo, la única forma de preparar las coles era hirviéndolas, lo que acentuaba su sabor amargo y hacía que fueran menos apetecibles.
Hasta ahora, porque el secreto para unas coles irresistibles, es asarlas en el horno. Este método concentra los sabores naturales de la col y le da un toque caramelizado que es simplemente irresistible.
Para ello, los pasos son:
- Precalentar el horno a 200°C
- Lavar bien las coles de Bruselas y cortar por la mitad
- En un cuenco, mezclar las coles con unas cucharadas de aceite de oliva, sal, pimienta y las especias que quieras. Algunas opciones interesantes son el pimentón ahumado, el comino o el ajo en polvo.
- Acomodar las coles en una bandeja para hornear con papel de hornear.
- Hornear durante 25 a 30 minutos, o hasta que estén doradas y tiernas. Revolver a la mitad del tiempo para tener una cocción uniforme.
Si te gustan crujientes, hornear unos 3 a 4 minutos más a la misma temperatura. Para un sabor más intenso, es posible añadir un poco de vinagre balsámico o miel a la mezcla de especias. Igualmente, para un acabado gourmet, añadir algunos frutos secos como almendras o nueces picadas durante los últimos minutos de cocción.
Con estos sencillos ajustes, las coles de Bruselas serán el centro de atención en tu próximo encuentro. Asarlas en el horno es una excelente manera de sacarles el máximo partido y obtener un sabor caramelizado y crujiente. Las coles son tan versátiles que se pueden cocinar al vapor, añadir en crudo a las ensaladas e incluso usarlas en purés.
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