El pimiento ya sea rojo, amarillo o verde, es una de las hortalizas más utilizadas y apreciadas en la cocina. Su presencia es sinónimo de sabor y color en las preparaciones, además de su versatilidad a la hora de implementarlo en miles de recetas.
Un ingrediente indispensable en el gazpacho, el sofrito y la escalivada junto a las berenjenas, cebollas y tomates. Brilla en los platos de pasta y salsas como en los de cuchara, guisos y potajes. Entero o en cuartos, el pimiento se puede asar en el horno, grillar en la barbacoa, comer crudo en una crudité hasta rellenar con una receta de pimientos rellenos de carne, o bien en versión marinera con los pimientos rellenos de bacalao, con unos ricos pimientos rellenos de tortilla y con soja texturizada para el público vegetariano. Originario de Latinoamérica, el consumo del pimiento se ha extendido por todo el mundo.
A la hora de la compra en el mercado, se recomienda optar por aquellas unidades carnosas y duras, que resulten firmes al tacto, de color brillante y piel lisa. Si presenta arrugas o manchas y una piel muy fina o poco firme, cortes o partes acuosas, son señales de un pimiento añejo. Otra señal de frescura a tener en cuenta es el estado de su tallo, tiene que ser verde, firme y crujiente.
Hay dos maneras principales de conservar los pimientos y esto varía según las preferencias y el tiempo que se tenga entre manos. Dado que los pimientos contienen mucha agua, se secarán rápidamente o se pudrirán, si no se conservan de manera correcta.
1. Almacenar en la nevera
Si planeas guardar los pimientos enteros, no los laves. Simplemente colócalos en bolsas de plástico, ya que estas están diseñadas para respirar y liberar los gases que producen los pimientos. Cuando están atrapados, estos gases pueden acelerar la maduración y el posterior deterioro de los pimientos. Con este método, conservar en el sector más frío de la nevera y de esta manera deberían permanecer frescos hasta por dos semanas.
Ahora bien, si se quiere guardar ya cortado, tener en cuenta que esto los hace más susceptibles al deterioro por lo que no esperes que duren mucho más de unos tres días, incluso en la nevera. Los pimientos tienden a perder su corteza crujiente rápidamente.
2. Almacenar en el congelador
Los pimientos pueden permanecer intactos durante más tiempo en el congelador. Para conservarlos de manera efectiva, el método tradicional propone escaldarlos primero. Es decir, hervir los pimientos durante un período corto y luego colocar en agua helada inmediatamente para cortar la cocción. De esta manera, se pueden poner las piezas blanqueadas en bolsas aptas para el congelador y guardarlas hasta por un año sin que su calidad disminuya. Con cuidado tomar cada unidad y secar con un paño de cocina o repasador de tela para no tener ningún rastro de humedad.
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También es posible saltar el proceso de escaldado. Para esto, es necesario lavar y picar los pimientos de antemano. Asegurarse de eliminar el tallo y todas las semillas antes de cortar en el tamaño deseado: sea en cubitos, en rodajas, en tiras gruesas o finas. Luego, acomodar en una placa cada pieza individualmente, evitando el contacto entre ellas. Con este diseño, llevar al congelador por aproximadamente una hora a dos horas. Una vez pasado el tiempo, retirar del frío y guardar las piezas heladas en una bolsa apta con cierre hermético. Escribir la fecha en la etiqueta a modo de recordatorio para el futuro. Está técnica además es útil si necesita medir una cierta cantidad de piezas de pimientos para una receta. Con este método, el pimiento se mantendrá de diez a doce meses.
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