Cómo freír las croquetas congeladas sin que se rompan ni queden frías

Sean caseras o no, siempre hay una forma de que queden perfectas

Como Freir Croquetas Congeladas
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Comer croquetas, es un placer, pero hacer croquetas, puede ser bastante tedioso. La fortuna, si hablamos de croquetas caseras, es que podemos hacer una gran cantidad de ellas y no preocuparnos a la hora de congelar porque congelan bastante bien.

Plato icónico de la cocina española donde las haya, la realidad de las croquetas no deja de ser la de un frito que envuelve una masa de bechamel con diferentes ingredientes.

Opciones de croquetas, hay tantas como casas y como personas cocinando. Podemos hablar de croquetas de cocido, que son de las más clásicas. Pero también podemos hablar de las prescindibles croquetas de pollo o incluso meternos en otros jardines un poquito distintos y hablar de las croquetas de jamón. A partir de ahí, solo el cielo es el límite: croquetas de queso, croquetas de pescado, croquetas, de setas…

Prácticamente todo lo que pienses se puede meter dentro de una croqueta. Sin embargo, si lo que te aterra al freír croquetas congeladas es que se rompan o se queda frías en el interior, hay ciertos trucos y técnicas para que esto no suceda.

Al contrario que cuando elaboramos croquetas y las freímos en el acto, simplemente dejando la bechamel que repose un poco y se enfríe para que luego no se nos desmonten en la freidora en la sartén, cuando vamos a cocinar croquetas congeladas, puede haber un poquito más de miedo.

Cómo congelar croquetas caseras

Hay dos grandes misterios para comprender cómo congelar croquetas caseras. El primero de ellos es que hagamos caso del tamaño. Es decir, hay que evitar croquetas enormes y croquetas irregulares. Piensa que cuando las vayas a freír, que sean de tamaños dispares o sean, especialmente grandes va a provocar que se cocinen peor. Por eso, haz croquetas de la forma que consideres (en bolas son cilindro pero que apenas tengan un par de centímetros de diámetro.

La otra cuestión es la congelación propiamente dicha. En este caso, si vamos a hacer croquetas para congelar, lo que hay que hacer es formar perfectamente las croquetas, rebozarlas y ponerlas a congelar en una bandeja directamente en el congelador, intentando que nunca se toquen entre sí y, además, que las croquetas estén sin tapar.

Al no taparlas, la excesiva deshidratación del congelador (no deja de ser aire aire frío) las va a resecar un poco, pero también va a conseguir que luego sean más crujientes. Una vez que hayamos dado esta primera congelación, ya podemos guardar nuestras croquetas, totalmente congeladas a una bolsa o a un tupper donde no cojan otros aromas u olores dentro del congelador.

Cómo cocinar croquetas congeladas

No es lo mismo cocinar, croquetas, congeladas que compremos precocinadas que cocinar nuestras propias croquetas, congeladas caseras. Generalmente, las precocinadas van a tener ciertas instrucciones que no son muy útiles para entender cómo cocinarlas, pero las domésticas pueden variar un poco.

En cualquier caso, la clave, si las freímos en sartén o en freidora es que haya siempre una cantidad suficiente de aceite (bastará un aceite de orujo de oliva) y que esté a una temperatura de unos 150°. Por eso, también debemos introducir las croquetas poco a poco para no hundir la temperatura de aceite. Cuando estén cocinadas (unos cuatro minutos), conviene retirarlas y escurrirlas en papel absorbente. Sin embargo, hay una forma más práctica cocinar croquetas congeladas.

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En este caso, lo que hemos de hacer es freír las croquetas alrededor de un par de minutos en una sartén con abundante aceite caliente, alta temperatura y, posteriormente, rematarlas durante unos tres minutos en el horno o en la freidora de aire. Una temperatura más o menos de unos 170 ºC o 180 °C, que permitirá que el interior quede bien fluido y caliente, pero el exterior sigue quedando crujiente.

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