Son incontables las recetas en las que necesitamos emplear una o más cebollas. Ya solo contando las que arrancan con un sofrito, la lista sería interminable, sin olvidar esos platos en los que es la auténtica protagonista. Nos encantan de todas las maneras, aunque prepararlas es otro cantar. Por suerte, con este truco para pelarlas fácilmente el tedioso trabajo se convierte en una tarea mucho más sencilla.
No hablamos de cortarlas y picarlas, cuya técnica será distinta según la receta concreta y que solo exige un buen cuchillo y algo de práctica, sino del paso previo: pelar la cebolla. Aquí el cuchillo mondador y el pelador manual no sirven de nada, la mejor herramienta siguen siendo nuestras manos y buscamos aprovechar el máximo de hortaliza, dejándola bien limpia.
Las molestias surgen cuando la piel está demasiado adherida, especialmente las capas más internas, provocando que se queden trocitos rotos pegados, obligándonos a mancharnos los dedos o arrancar parte de la cebolla que no querríamos desechar. Si vamos a hacer cebollas rellenas o queremos cortarla en aros o una juliana bonita, las mellas son un incordio.
El truco definitivo que ha compartido en Instagram la estilista culinaria Kate Ramos no podría ser más sencillo; tanto que no sabemos cómo no lo habíamos aplicado antes.
Partiendo de una cebolla corriente, y siempre con un buen cuchillo afilado en mano, hay que colocarla apoyada sobre uno de sus laterales en una tabla de cocina. A continuación, tenemos que cortar los extremos en forma de discos, pero sin practicar el corte completo, dejando una parte adherida al cuerpo de la cebolla.
Así podemos tirar del extremo cortado con suavidad para llevarnos con él una banda de la piel, tirando hacia el extremo contario. Una vez retirados ambos topes, tendremos dos aperturas verticales en el cuerpo de la cebolla. Ya solo nos queda pelar esa capa exterior aprovechando esos cortes, usando nuestras uñas -limpias, por favor-, o un cuchillo tipo pelador o puntilla, de hoja fina.
De este modo la capa de piel externa y seca saldrá fácilmente sin que estropeemos la carne interior, dejándonos una cebolla limpia y hermosa para usar. Es un truco que funcionará con cualquier tipo de cebolla, aunque será más sencillo con ejemplares más frescos y crujientes, redondos y grandes. Por supuesto, Los descartes y la piel podemos aprovecharlos para hacer un caldo.
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Imágenes | Marco Verch - Unsplash
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