Hay quien insiste en que no, pero desde que en su día probé los huevos camperos --los que tienen el nº1 en su código de identificación-- no he querido probar otros. Me encanta su yema naranja y su mayor sabor, pero aún así noto que falta algo, así que si de verdad quieres huevos frescos y ecológicos, lo mejor es apadrinar una gallina.
No me estoy refiriendo a comprar una gallina y tenerla por casa, o montarse un gallinero en el jardín --que si lo tenéis, no es una mala opción-- sino a apadrinar una gallina en algún huerto o granja ecológicos cerca de casa, para que ellos se encarguen de cuidarla y tú solo de recoger los huevos.
Por extraño que parezca, estos servicios se están popularizando bastante, y hay muchos alrededor de las grandes ciudades. En Valencia conozco Tomba L'Olla, que también ofrece huertos ecológicos, pero os aseguro que una sencilla búsqueda en internet os mostrará los más cercanos a vosotros, pues los hay en Madrid, Cataluña, Galicia...
Los precios varían bastante de una granja a otra. En esta de Valencia, 10 euros por apadrinar la gallina y cinco euros al mes por aproximadamente media docena de huevos a la semana. Eso sí, casi todas tienen en común que las gallinas viven en gallineros grandes o incluso en semilibertad, con espacio para caminar, correr, tomar el sol, darse baños de arena... y una alimentación que combina pienso, maíz, fruta y verdura.
Salvo por el inconveniente de ir a recoger los huevos semanalmente --lo ideal sería combinar lo de la gallina con cultivar un huertecito-- sale bastante barato apadrinar una gallina, sobre todo porque vamos a poder disfrutar de huevos frescos y ecológicos que sabemos de dónde han salido.
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