En cada uno de sus programas de televisión, Karlos Arguiñano siempre comparte algo más que recetas puras y duras. No hablamos de los chistes y comentarios sobre la actualidad -que no desmerecen en absoluto-, sino de los consejos y trucos que suele enseñar a medida que prepara los platos, y que también encontramos en sus numerosos libros publicados.
Aunque tiene ya unos cuantos años, precisamente el volumen Conceptos básicos para cocinar en casa(Planeta, 2014) está salpicado de trucos que enriquecen las técnicas esenciales que animan al más novato a soltarse en los fogones, incluso con algo tan básico como hacer unas patatas cocidas.
Parece algo fácil sin más misterio que poner a hervir el tubérculo en agua, pero hay que saber hacerlo bien para que nos queden unas patatas cocidas perfectas según la receta y que, además, sean fáciles de pelar. Si no sabemos cuáles escoger, podemos guiarnos por las recomendaciones del productor, que suele indicar el uso recomendado en el paquete, o preguntar al frutero.
El consejo de Arguiñano para cocer patatas
Al ser una guía básica, el cocinero vasco nos indica primero que hay que lavar bien la patata bajo el agua del grifo, sobre todo si arrastra suciedad evidente. Siempre podemos ayudarnos de un cepillo especial en el caso de tratar con patatas llenas de tierra.
Arguiñano apuesta por cocerlas enteras y con piel, y para que no se rompan nos indica que siempre, siempre hay que cubrirlas con abundante agua fría, que no se desborde de la cazuela al hervir. Y después llega su truco: agregar una cucharadita de vinagre -o más si cocemos muchas patatas en una olla grande-, para mantener la piel intacta.
El tiempo total de cocción variará en función de cuándo arranque a hervir y el tamaño de la patata. Arguiñano nos indica que, para unos 200 g de tubérculo, necesitaremos unos 35 minutos, siempre en un hervor suave, no violento con el agua a borbotones.
Una vez lista, algo que se puede comprobar pinchándola con un palillo o cuchillo de punta, hay que sacarla con una espumadera o similar y dejar templar un poco. Ojo, no hay que esperar a que se enfríe por completo para pelarla, pues, además, queremos que esté caliente si la vamos a aliñar para que absorba mejor los sabores y quede muy sabrosa.
Así nos quedará una ensaladilla con mucho mejor textura, o una ensalada campera de verano o patatas chafadas riquísimas.
Redecker 3630 - Cepillo de Verduras
Fotos | dashtik - Marco Verch
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