Esta investigación sugiere que una casa demasiado limpia podría estar afectando negativamente nuestro sistema inmunológico. En lugar de protegernos, podría estar debilitando nuestra capacidad de defendernos contra las amenazas reales.
El estudio plantea que la falta de exposición a bacterias comunes y microorganismos puede privar al sistema inmunitario de esa especie de entrenamientos necesarios para mantener su función óptima.
Es decir, en términos sencillos, un entorno demasiado limpio podría estar aburriendo a nuestras defensas naturales, haciendo que sobreactuen cuando se nos acerque un microorganismo que en un ambiente estándar es habitual, haciéndonos desarrollar alergias.
Por supuesto, esto no significa que debamos renunciar a la limpieza básica. La higiene es esencial para prevenir enfermedades graves, pero el equilibrio es clave, así que hay que saber encontrar el término medio.
Introducir un poco de desorden controlado en nuestras vidas podría ser la solución para fortalecer nuestro sistema inmunitario y reducir el riesgo de padecer alergias.
Foto | RDNE Stock project
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