Cuando se trata de lavar ropa de cocina con manchas difíciles, la mayoría opta por altas temperaturas y detergentes potentes llenos de fulgurantes tensioactivos. Sin embargo, un experto ha propuesto una alternativa polémica que ya se ha hecho viral: programas de agua fría con mínimas cantidades de producto.
Este método se basa en confiar en los principios activos del detergente, que actúan incluso a bajas temperaturas. Según el químico de la Universidad de Tazmania Nathan Kilah en un artículo publicado en la revista Science Alert, detrás de esta idea, esto no solo cuida las prendas, sino también el medio ambiente, reduciendo el consumo energético.
Aunque efectivo en manchas recientes, este método ha sido criticado por quienes creen que el agua caliente es esencial para eliminar bacterias. Sin embargo, los expertos señalan que una correcta dosificación de detergente es suficiente para mantener la ropa higiénica.
El proceso implica pretratar las manchas más difíciles con un poco de detergente antes de lavar. Después, se selecciona un programa frío que, aunque más lento, protege las fibras y conserva los colores, además de dejar trabajar a los detergentes según la lógica con la que han sido fabricados.
Además de ser más sostenible, este enfoque prolonga la vida útil de los electrodomésticos al evitar acumulaciones de cal, algo común con lavados a altas temperaturas. También es ideal para tejidos delicados que podrían dañarse con el calor.
Menos consumo
Aunque este método ha generado debate, su impacto positivo en el consumo energético y la conservación de las prendas es indiscutible, a la vez que consigue eliminar las manchas de forma más razonable.
Este método requiere, eso sí, un cambio de mentalidad en los hábitos de lavado, pues no parece, de entrada, lo más lógico que una mancha de vino se marche en un ciclo a 20 grados con poco detergente.
Para quienes buscan alternativas más sostenibles en el hogar, esta técnica invita a repensar cómo enfrentamos las manchas difíciles. Menos es más, incluso en la lavandería, aunque el tiempo será el encargado de decir que estas certezas sobre la capacidad de los detergentes son reales.
Foto | cottonbro studio
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