Los ordenadores y las nuevas tecnologías tienen cada vez más capacidad de sorprendernos. Si hace unos días hablábamos de la frutocopiadora, capaz de imprimir frambuesas en el momento, hoy los avances informáticos han dado un gran paso adelante al desarrollar la capacidad de un ordenador que puede diseñar platos de alta cocina y que incluso ha logrado ganar a los humanos en un concurso de chefs.
Esta máquina llamada superordenador Watson, fue capaz de concebir un plato muy creativo, ideado para poder sorprender a los comensales. La mezcla suena muy extraña ya que uno de los platos diseñados por Watson fue un burrito de chocolate negro con habas de soja, carne, queso y albaricoque.
De momento, a juzgar por los ingredientes que ha utilizado para esa receta, a mí no me seduce mucho. Sin embargo, otras de sus creaciones culinarias como por ejemplo la tapa de langosta con albahaca, cerdo crujiente, salsa de azafrán y pimientos del piquillo me suenan más apetecibles.
Con independencia de los platos creados por el ingenio de la máquina y su potencial éxito al combinar los diferentes sabores, lo que me llama la atención es saber que ya hay una máquina capaz de pensar y tener inquietudes creativas, incluso de tipo intuitivo que pueden suponer --si esta misma intuición se desarrolla en otros campos más allá del gastronómico-- una auténtica inteligencia artificial.
El superordenador y su programa informático no funcionan como un robot de cocina en el que estén programadas tareas y necesite que le echen los ingredientes para elaborar un plato, sino que su actividad es puramente creativa, al diseñar recetas en función de los conocimientos que tiene sobre los ingredientes, sabores y texturas e incluso sobre la psicología humana, para decidir qué combinaciones pueden funcionar mejor.
El mérito de Watson es saber por qué funcionan determinadas mezclas de ingredientes, entender cómo disfrutamos de las distintas texturas o distinguir qué recetas son mejores, partiendo de una información que tiene en su base de datos, que consta de unas 30.000 recetas y la información gastronómica de la Wikipedia, entre otros datos a procesar.
En todo caso, aunque el superordenador Watson es capaz de concebir una receta que incluso puede ganar un concurso de cocina, no es capaz de llevarla a la práctica, al menos de momento por lo que sus creaciones siguen necesitando de cocineros que corten, frían o asen sus recetas.
Vía | Terra Imágenes | UCDavis Engeneering | Atomic Taco
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