Muchas veces pensamos en exclusiva en el menú de las comidas de Navidad y nos olvidamos de otros detalles, como por ejemplo la decoración de la mesa de Navidad. Parece que es algo secundario pero cuando se tienen invitados, en muchas ocasiones, forma parte de lo principal. No olvidemos que una buena decoración de la mesa de Navidad puede hacer que empiece a entrar mejor la comida o cena de Navidad.
Hoy toca hablar, por lo tanto, de algunos consejos para decorar la mesa con elementos económicos y que estén al alcance de todos. Además repasaremos aspectos como pueden ser el protocolo de los cubiertos, platos y copas o incluso cosas tan importantes como el emplatado de los platos que os puede ayudar a quedar como verdaderos chefs.
Cómo decorar la mesa en Navidad
Lo más importante a la hora de decorar una mesa de Navidad es que tenga el estilo de la casa. Está claro que si nuestra casa es minimalista, una decoración barroca no quedaría nada bien. Y viceversa. Lo importante es que la mesa esté en consonancia con el resto de la casa, y en especial si tenéis decorada la casa con algún tipo de decoración navideña específica. Por ejemplo, si tenéis mayor parte de adornos rojos, estaría bien que en la mesa predominase el rojo con contrastes en pequeños detalles en otro color (blanco por ejemplo), como pueden ser en las servilletas y otros complementos.
¿Qué colores pueden ir bien en una decoración navideña? Lo mejor es jugar a caballo ganador: el rojo, el verde y el dorado son los colores navideños por excelencia. Aunque combinando bien otros colores, como pueden ser el morado, el plata o incluso los negros y blancos seguro que quedará genial.
Pero de lo que se trata es de aprovechar lo que tenemos, no de comprar una decoración exclusiva. Si la tenemos, bien, pero no tiremos la casa por la ventana en la decoración. No merece la pena, en especial cuando tenemos recursos limitados. Es momento de coger lo que tenemos a mano, en ese caso os aconsejo que vayáis al mercado y compréis frutas, frutos secos e ingredientes de temporada para decorar la mesa con complementos que la harán diferente.
Por ejemplo, castañas, nueces, calabazas de diferentes tamaños y colores, manzanas verdes y rojas para hacer fuentes que os sirvan de centro, limones y limas, etc. Incluso podéis aprovechar y acercaros a algún sitio donde vendan leña para comprar pequeños troncos para hacer un centro de mesa. O si tenéis un campo al lado surtiros de lo que el campo os ofrezca, por ejemplo hojas secas que podéis colocar a lo largo de la mesa (por el centro) junto con piñas secas y ramas bonitas.
Colocación de una mesa en Navidad y emplatado
Son los otros detalles de los que hay que estar pendiente y esto si que es económico porque no requiere ningún gasto. De hecho, mi propuesta es que seáis originales y que si no tenéis copas, no las compréis. O si tenéis restos de juegos de copas y vasos los combinéis para que queden, de una forma desigual, bien acompasados de forma que parezca que lo habéis hecho queriendo y jugando.
Una mesa bien puesta debe estar compuesta por diferentes juegos de platos, cubiertos y copas. Así, podemos encontrar platillos de pan y el plato principal, acompañado este por un plato por cada pase. Incluso en algunas mesas se pone un plato de presentación sobre el que se ponen el resto. Mis consejos son:
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Si no hay plato de pan, no pasa nada. Una bonita panera o una fea pero bien decorada es suficiente. Para que los invitados no tengan que alargar el brazo, podéis poner servicios de pan cada cuatro personas.
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Si no tenéis suficientes cubiertos y platos. Intentar ser originales en el servicio. Hacer un menú que posibilite el uso de los dedos. Sí, usar los dedos en un menú de Navidad no es ningún problema. Vamos, que canapés, cestitas, hojaldres, y un largo etc os pueden salvar el no tener suficientes cubiertos.
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El plato de presentación es más que prescindible. Siempre podéis poner un detalle hecho a mano para cada comensal. Como por ejemplo una breve carta con pensamientos sobre la Navidad que hará que ese detalle del plato pase desapercibido.
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Copas. Lo dicho, me encantan las mesas que combinan diferentes juegos o incluso que combinan vasos con copas.
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El orden. Eso si que es importante, y es que a pesar de que no sean los mismos juegos de cubiertos, copas o vasos. Algo que dará distinción a una mesa, es una mesa bien colocada. Los tenedores donde corresponden, los vasos o copas igual y los complementos bien repartidos.
El emplatado. No hace falta servir un plato de vanguardia para emplatar como es debido. Ni tampoco hace servir un plato como si hubiese tirado los diferentes ingredientes y preparaciones que lo componen. Ni una cosa ni otra. Al respecto tenéis un post en Directo al Paladar ideal, cómo emplatar y presentar. Solo tengo que sumar un par de ideas.
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Intenta dar volumen al plato. Por ejemplo, un loncheado de redondo asado con una guarnición de patatas puede quedar genial, si intentas jugar a superponer esos filetes con algunas patatas. Regar con un poco de salsa y acompañar de unos germinados para decorar.
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Intenta servir la comida con los últimos pasos dados. En especial aquellos que requieren de más tiempo por parte del comensal. Por ejemplo, unos clásicos langostinos los podemos servir ya pelados, bien presentados en forma de escalera y con algunas salsas en pequeños ramiquines.
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Presenta la comida en el plato dándole la importancia que se merece a la presentación principal. Coloca esa pieza que te ha costado tanto hacerla en el centro de la vista. Y el resto de ingredientes con sutiles formas de acompañamiento.
En fin, el mundo no se ha parado por la crisis, y somos nosotros los que tenemos que darle nuevas formas y nuevos toques a los platos de siempre. Hacerlos más especiales para las navidades depende solo de nosotros.
Foto | Carodean Road Designs | Thea N. | Conanil
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