Un amigo nuestro tiene una forma peculiar de alimentarse, sigue la dieta que marca la dietética china. Nosotros no estamos acostumbrados a este tipo de dieta, no está mal, pero no es totalmente de nuestro agrado. Suponemos que sería cuestión de acostumbrarse a este tipo de dieta, pero nosotros de momento y como siempre decimos, preferimos la dieta mediterránea.
Le preguntamos sobre los conceptos, las maneras y el por qué de algunas cosas e intentamos resumir lo que más o menos sacamos en claro.
La medicina china atribuye a los alimentos cualidades energéticas que influyen sobre los estados anímicos y físicos. Es curiosa la composición de un menú según los principios de la dietética oriental, se encuentran presentes todos los sabores ya que aseguran que esto es vital para mantener el equilibrio en nuestro organismo. Se han de conocer los puntos débiles de una persona para poder seleccionar los alimentos que tonifiquen o dispersen la energía por los órganos, además las elecciones alimentarias pueden realizarse pero siempre dentro de las proporciones que garanticen este equilibrio.
La dietética china recomienda que la proporción alimentaria sea la siguiente, 50% de cereales, 20% de verduras, 10% de legumbres y semillas, 10% de frutas y frutos secos y 10% de productos de origen animal pero preferentemente que sea pescado.
Relacionan los 5 elementos (madera, fuego, tierra, agua y metal) con los alimentos, así por ejemplo, el agua (Shui) es el medio por donde ocurren todas las cosas en el cuerpo, la relacionan con la función sexual y reproductora y es muy importante tener equilibrio sobre este elemento, ya que según sus doctrinas, generan amor y fe. El sabor que se asocia a este elemento es el salado y los alimentos asociados son el mijo, la cebada, el pescado y el marisco, el jamón, el pato, el cerdo, las algas marinas, el ajo, la sal, etc.
Nos explicó todos los elementos y algunos de los alimentos que intervenían en ellos, toda la explicación siempre terminaban encaminada al tema energético, al equilibrio y al bienestar del organismo. También nos habló sobre los secretos de la digestión y sobre lo importante que era la naturaleza energética de los alimentos para los órganos que rigen la digestión. Igualmente nos explicó que también era muy importante la temperatura de los alimentos, ya que ésta marcaba un buen estado de los órganos que intervienen en la digestión.
Hemos aprendido algo, pero aún queda mucho por aprender y conocer sobre la naturaleza de los alimentos y los efectos que producen sobre nosotros mismos según sus doctrinas. Un tema interesante en el que trataremos de profundizar y compartir con vosotros las futuras experiencias.
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