¿Quién no ha pronunciado alguna vez la típica expresión de esto está de muerte al probar algo muy rico? Es una de esas frases hechas que tanto usamos en sentido figurado, pero hay un frutero en Guipúzcoa que se lo ha tomado en sentido literal. Sus frutas y verduras "están de muerte", así que para convencer a los clientes hace el reparto en un coche fúnebre. ¿Demasiado humor negro?
A mí me parece una idea muy original y ocurrente, que desde luego consigue su objetivo de llamar la atención por las calles. Los coches fúnebres siempre atraen la mirada por ese “mal rollo” que transmiten, pero este vehículo en concreto solo trae felicidad, salud y unas risas. Hay que tomarse la vida con un poco de humor y las inciativas creativas como esta siempre son bienvenidas. Si te cruzas con Frutas Amatriain en pleno reparto, ya no te olvidas de José Luis y sus productos.
El vehículo en cuestión es un coche fúnebre totalmente auténtico, que ahora disfruta de una segunda vida algo más alegre. Las únicas modificaciones que su nuevo dueño le ha hecho han sido añadir el logotipo de su frutería, una manzana metálica y el lema "Nuestros productos están de muerte", que cobra aquí un nuevo sentido jugando con la literalidad al extremo. Además se han añadido unas ristras de ajos como decoración que a mí me parecen geniales, pues no puedo evitar pensar en vampiros y ataúdes.
Es curioso que legalmente no haya hecho falta ajustar más el nuevo vehículo de reparto al transporte de frutas y verduras, ya que estos coches entran en la categoría de transporte de mercandías. Aprovechando todo el espacio que incorporan para el féretro y las flores, el coche fúnebre se revela como un furgón de reparto alternativo más que válido.
Tal y como cuenta el propio José Luis Amatriain, la idea en realidad le vino de su pasión por los vehículos clásicos, una afición que comparte con un amigo que regenta una empresa funeraria. Cierto día se le ocurrió proponerle intercambiar una motocicleta Vespa por uno de los coches para convertirlo así en el mejor reclamo de sus productos. Al ver la nueva adquisición en la puerta de la frutería los clientes empezaron a preguntar por quién había fallecido, algo completamente lógico.
A pesar de que todavía habrá a quien no le dé buena espina recibir su pedido de frutas y verduras en un coche fúnebre, la ocurrencia de José Luis ya es una imagen familiar por los barrios donde reparte y ha cumplido más que de sobra su objetivo inocente de llamar la atención. A veces los eslóganes y las ideas más simples son las que mejor funcionan, y un poco de humor negro nunca viene mal. ¿Qué os parece a vosotros? ¿Demasiado siniestro?
Vía | El Correo
Fotos | Frutas Amatriain
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