Tras los vapores de las celebraciones de Nochevieja y la entrada en vigor de la Ley Anti-tabaco, nos llega una noticia pequeña que podría pasar desapercibida, fruto de la generosidad de quienes teniendo poco comparten y no olvidan a aquellos que no tienen nada. Un hostelero de Lepe, Patrocinio Mora, ha abierto su restaurante para servir la última cena del año a alrededor de cien personas sin hogar, en su mayoría inmigrantes africanos llegados a la zona hace años para trabajar en las tareas del campo.
Este es el cuarto año en que Mora realiza esta acción solidaria, repetida también durante la Nochevieja, y su objetivo es que se perpetúe como una tradición que continúen sus hijos. Un pequeño gesto, grande para los beneficiados y para este pequeño empresario, que en las dos noches más celebradas del año ha brindado su calor y su casa para acoger a los más desfavorecidos.
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