Con un claro objetivo de conseguir productos de la huerta más resistentes y duraderos sin que éstos sufran ninguna modificación en cuanto a sabor o calidad se refiere, el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias junto al Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas, organismo dependiente del CSIC y de la Universidad Politécnica, está desarrollando diversos estudios con productos transgénicos.
Dichos estudios toman como muestra algunos productos de la huerta valenciana como pueden ser las naranjas, tomates o sandías entre otros. El objetivo es lograr alimentos resistentes frente a las condiciones adversas climatológicas como la sequía o la posible salinidad del suelo, de hecho en Genciencia hay un artículo que habla sobre los tomates tolerantes con la sal que pueda presentar el suelo. Lograr que los alimentos que se cultivan puedan desarrollarse en condiciones extremas es un paso importante dado el cambio climático que está sufriendo la Tierra y que puede propiciar que en zonas donde era óptimo el cultivo de un determinado producto, la cosa cambie, por ejemplo por la escasez de lluvias. Recientemente se ha logrado modificar una planta de naranjo incorporando en ella un gen del tomate, productor de una proteína que refuerza la tolerancia del naranjo frente al hongo que le causa diversas enfermedades.
Para nosotros los alimentos transgénicos que sean aprobados unánimemente por la comunidad científica son un logro, además de mejorar las cualidades de los productos se obtiene mayor rentabilidad. Un mundo de posibilidades abierto gracias a las modificaciones genéticas siempre que éstas sean utilizadas adecuadamente y con plena conciencia.
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