Vegetales feos en los supermercados británicos

Vegetales feos en los supermercados británicos
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Corresponde a la Unión Europea determinar si un vegetal cumple las condiciones para ser apto para su venta. En 2009 dichas condiciones se relajaron en cuanto a la apariencia del producto, pero a pesar de ello la mayoría de comerciantes y grandes cadenas de alimentación prefieren vender sólo lo que es “estéticamente agradable”. Ahora, vendedores británicos se replantean su política sacando a la venta vegetales “feos”.

A pesar de que esta decisión tiene connotaciones positivas de cara al medio ambiente, el motivo principal no es otro que económico. Y es que en Gran Bretaña se ha vivido un año excepcionalmente malo en cuanto a las cosechas se refiere, debido a una sucesión de negativas condiciones meteorológicas. Una primavera muy seca seguida de un verano lleno de tormentas han provocado excedentes de vegetales de formas caprichosas, que normalmente serían desechados, pero que en la situación actual van a salir al mercado.

Los responsables de supermercados que han anunciado este excepcional cambio de política, como Sainsbury, aseguran que todos sus productos mantendrán los mismos estándares de sabor y calidad que hasta ahora; la única diferencia será el aspecto exterior. Los consumidores parecen estar reaccionando positivamente a la situación, y asociaciones ecologistas celebran el cambio de mentalidad de los grandes comerciantes.

Se trata sin duda de una noticia positiva, aunque personalmente dudo de que sea un cambio permanente, pues probablemente los comerciantes volverán a desechar los vegetales feos cuando se recupere la situación económica. Ojalá que los consumidores británicos demuestren que no necesitan productos “bonitos” y que dentro de unos años esta situación extraordinaria se convierta en lo habitual.

No sé si será por haber crecido en un ambiente muy cercano con el mundo agrario, pero no recuerdo que en mi casa se haya rechazado nunca una verdura por ser “fea”. De hecho, no puedo evitar sentir cierto malestar cuando en un comercio, o incluso en el mercado, me rodean berenjenas y tomates clónicos, demasiado perfectos. Creo que lo importante es la calidad del producto, su sabor, y la forma y el lugar en que ha sido producido. Pensar en la cantidad de kilos de comida que se desperdician cada día sólo por no cumplir con unos absurdos estándares estéticos, sobre todo en la situación actual, es realmente preocupante.

Vía | The Guardian
Imagen | sleepyneko
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