La baklava es uno de los dulces más populares en Turquía y muchos países de Oriente Medio. Se trata de una mezcla de nueces u otros frutos secos con especias envuelta en capas de masa filo y bañadas en almíbar. Estas baklavas de chocolate son una más de las muchas versiones que se pueden hacer de este delicioso pastel.
La receta la encontré en este precioso blog y no me he podido resistir a hacerla porque su aspecto es irresistible y la verdad es que ha resultado ser una delicia. La pasta filo, aún empapada en almíbar queda crujiente y la mezcla de chocolate y frutos secos es impresionante.
Precalentamos el horno a 180 ºC. Mezclamos las nueces, avellanas, chocolate, canela, cardamomo y ralladura de naranja, ponemos la mezcla en el vaso de la batidora y la troceamos sin que llegue a quedarse hecha harina. Derretimos la mantequilla.
Ponemos una hoja de pasta filo sobre la superficie de trabajo con el lado más largo frente a nosotros, la untamos de mantequilla fundida con ayuda de un pincel. Ponemos otra hoja encima y volvemos a pincelar, repetimos esta operación hasta tener cuatro hojas superpuestas. Repartimos un tercio de la mezcla de chocolate a lo largo del lado más cercano a nosotros, separándola unos centímetros del borde.
Enrollamos la masa sobre el relleno y cortamos el rollo resultante en ocho trozos. Repetimos esta operación con las restantes hojas de filo hasta tener 24 porciones. Las ponemos en una placa de horno y las pintamos con la mantequilla restante. Horneamos durante unos 20/25 minutos hasta que estén bien doradas.
Diez minutos antes de terminar de hornear ponemos en un cazo el azúcar, el agua, la miel y el zumo. Ponemos a fuego fuerte y cuando rompa a hervir bajamos el fuego y dejamos cocer suavemente hasta que se terminen de hornear las bakavlas.
Sacamos la placa del horno e inmediatamente rociamos con el jarabe caliente hasta acabarlo. Dejamos reposar hasta enfriar completamente antes de consumir.
Con qué acompañar las baklavas de chocolate
Estas baklavas de chocolate son deliciosas a cualquier momento, pero resultan especialmente adecuadas para acompañar un café o un té o con una copita de vino dulce o licor a media tarde.
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