Si las mejores galletas son las crujientes con base de buena mantequilla, no podíamos resistirnos a probar esta receta en cuanto se cruzó en nuestro camino. El italiano Stefano la compartió hace tiempo en Italian home cooking, describiéndolas como una especie de shortbread al estilo del norte de su país, donde es muy común encontrar pastas y dulces con harina de maíz o polenta, y aromatizadas con fruta cítrica o vainilla.
La masa combina harina de trigo corriente con harina de maíz amarilla, no polenta -más gruesa- ni tampoco maizena, sino la harina que usaríamos para hacer pan u otro producto de repostería, sin precocer. Normalmente se encuentra fácilmente en cualquier supermercado o hipermercado, o en tiendas de productos a granel y panaderías artesanas.
Aporta una textura más rústica, más sabrosa y más crujiente, con una miga que sin embargo es suave gracias a que el maíz carece de gluten, y que el agente levante en este caso es bicarbonato de amonio. Si no lo encontráis, podéis sustituirlo por levadura química o polvos de hornear corrientes.
Derretir la mantequilla en un cazo con el azúcar y el agua, a fuego suave, hasta que se forme una mezcla homogénea sin que llegue a hervir. Apartar del fuego y echar la vainilla y la ralladura de limón.
Mezclar en un recipiente amplio las harinas con la sal y el bicarbonato de amonio o levadura química. Agregar el contenido del cazo y mezclar bien hasta formar una masa homogénea, que debe estar muy blanda. Dividir en dos y envolver en plástico film formando discos. Refrigerar como mínimo 30 minutos.
Precalentar el horno a 180 ºC con calor arriba y abajo y preparar un par de bandejas con papel antiadherente. Sacar una de las masas y estirar con un rodillo entre dos hojas de papel antiadherente, dejando un grosor de unos 4 cm. Recortar las galletas y distribuir en las bandejas ligeramente separadas.
Pincharlas con un tenedor humedecido y hornear una bandeja cada vez durante unos 23-30 minutos, o hasta que se empiecen a dorar por los bordes. Esperar un poco fuera del horno antes de trasladar a una rejilla para que se enfríen.
Santiveri - Maíz Harina - 500g
Con qué acompañar las galletas italianas de maíz
Suaves y crujientes, estas galletas son casi como unas pastas perfectas para tomar con el té de media tarde, también para acompañar el café de sobremesa o cualquier infusión. En días de calor combinan de maravilla con una horchata de almendra bien fría, o con la tradicional horchata de chufa. Y son una pareja ideal para un helado.
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