Inspirados en los aromas de Adviento, estos bizcochitos, mini pasteles o como nos apetezca llamarlos, son ideales para hornear en estas fechas navideñas cuando estemos cansados de galletas o nos apetezca algo que se salga de los dulces más tradicionales. Quizá no sean sabores que asociemos aquí tanto a la Navidad, pero la avellana, las especias y la fragante mandarina protagonizan muchas delicias en zonas centroeuropeas.
La autora de la receta original que hemos adaptado ligeramente es la chef suiza Michèle Meier, quien precisamente propone los pastelitos como alternativa a las comunes galletas, muy típicas en los hogares helvéticos en estas fechas. El "problema" de los dulces más tradicionales es que muchos nos gusta comprarlos artesanales o somos fieles a marcas legendarias, dejándonos poco margen para hacer versiones caseras.
Si a estas alturas te sale ya el turrón o los polvorones por las orejas (o quizá estés reservándolos para la Navidad propiamente dicha), estos pastelitos son perfectos para pasar una tarde con niños o sin ellos, merendar bien rico y luego envolver los demás para un regalo.
Originalmente se hornean en mini moldes tipo *financier*, pero si no tienes -como nosotros-, usa cualquier otro que tengas en casa. Solo hay que ajustar un poco los tiempos de horneado. En nuestro caso no hemos añadido chocolate para que no se llevara mucho protagonismo, pero adelante con ello si te apetece.
Precalentar el horno a 180ºC con aire. Disponer la mantequilla en un recipiente, troceada, y batir con batidora de varillas junto con el azúcar y la ralladura de mandarina, hasta cremarla. Añadir los huevos y el zumo y batir un poco más.
Aparte mezclar con unas varillas la harina, la avellana molida, la sal, la levadura y las especias (se puede usar esta mezcla de pan de especias). Añadir poco a poco a la mezcla húmeda, batiendo paulatinamente a velocidad baja, hasta tener todo incorporado en una masa homogénea. Si se desea, agregar el chocolate picado.
Distribuir la masa en moldes antiadherentes o engrasados, de tipo financier (más paqueños), de mini plumcake o muffins, sin llenarlos del todo. Hornear entre 8 y 20 minutos (según el molde), hasta que al pincharlos en el centro con un palillo salga limpio. Esperar un poco fuera del horno antes de desmoldar sobre una rejilla y dejar enfriar.
Con qué acompañar los bizcochos de avellana
El aroma que sale del horno con estos bizcochitos de avellana llenará de calor hogareño nuestra casa, abriendo el apetito para disfrutarlos en la hora de la merienda con alguna bebida caliente en las tardes más frías. También son estupendos para desayunar y perfectos para mojar, y aunque están más ricos recién hechos, aguantan bien jugosos un par de días en un recipiente hermético. Están deliciosos con una taza de chocolate espeso.
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