Este verano apenas estoy encendiendo el horno para hacer bizcochos o pasteles, pero la verdad es que echaba de menos tener algún dulce casero para la merienda o para acompañar un vaso de leche o de horchata. Este bizcocho de requesón y almendra lo tenía pendiente desde hace un tiempo y hace unos días me decidí a hacerlo.
La verdad es que ha sido todo un acierto porque ha resultado delicioso, un bizcocho húmedo y con un riquísimo sabor a queso y limón. Además no lleva harina, lo que lo hace apto para celíacos. Para conservarlo varios días, os aconsejo guardarlo en el frigorífico, sobre todo en esta época veraniega.
Precalentamos el horno a 170 ºC. Engrasamos un molde redondo desmontable de 20/23 cm. Ponemos la mantequilla, 165 gramos del azúcar, las semillas de vainilla y la ralladura de limón en el bol de la amasadora y batimos durante unos 8/10 minutos hasta tener una crema homogénea.
Separamos las claras de las yemas y añadimos estas últimas de una en una sin dejar de batir. Añadimos la almendra molida y el requesón desmenuzado y mezclamos bien. En otro bol, batimos las claras hasta que formen picos suaves, añadimos a cucharadas el resto del azúcar y seguimos batiendo hasta que se formen picos firmes.
Mezclamos un par de cucharadas del merengue con la mezcla anterior para que la consistencia sea más ligera. Añadimos esta masa al merengue y mezclamos con una espátula y con movimientos suaves para que no se bajen las claras. Vertemos esta mezcla en el molde y esparcimos por encima las almendras laminadas.
Metemos en el horno y horneamos durante unos 50/60 minutos hasta que al introducir una aguja en el centro del bizcocho, salga limpia. Esperamos 10 minutos después de sacarlo del horno y desmoldamos dejándolo enfriar sobre una rejilla. Antes de servir lo espolvoreamos con azúcar glasé.
Con qué acompañar el bizcocho de requesón y almendra
En verano, primavera, otoño o invierno, el acompañante perfecto de este bizcocho de requesón y almendra será una bola de vuestro helado favorito con que convertirlo en un postre de matrícula de honor. También se puede tomar como merienda, acompañado de un buen café.
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