Desde que era pequeña me ha dado siempre un poco de pena cortar por lo sano con las fiestas cuando pasaba el día de Reyes. Por eso en casa solemos preparar algunos caprichos dulces de despedida de las fiestas, que de niña solía llevar al colegio para compartir. Estos cake pops o bizcobolas de mazapán son perfectos para decir adiós a la Navidad y aprovechar posibles restos de la masa de almendras.
Hoy en día es fácil encontrar moldes específicos para cake pops, pero se pueden hacer igual horneando la masa en una bandeja y cortando cubos o formando bolitas con las manos, moldeándolas con un poco de queso crema. El acabado final no importa tanto como pasar un buen rato con los niños metiendo las manos en la masa, antes de recuperar la rutina.
Precalentar el horno a 175ºC y preparar un molde de cake pops o una bandeja engrasada. Picar o rallar fino el mazapán y batir ligeramente los huevos. Mezclar con unas varillas la harina con el azúcar, la almendra molida, la levadura y la sal y formar un hueco en el centro. Añadir la mantequilla, el mazapán y los huevos, y batir todo con una batidora de varillas hasta tener una masa homogénea.
Llenar los moldes con la masa y hornear unos 15 minutos. Esperar un par de minutos fuera del horno, desmoldar y dejar enfriar sobre una rejilla. En el caso de no usar moldes, recortar las formas de los cake pops al gusto, por ejemplo simplemente en forma de cubos, o de estrellas.
Derretir chocolate o producto estilo candy melts del color deseado al baño maría. Mojar la punta de cada palito en el chocolate y pinchar cada porción de masa. Esperar a que se solidifique antes de sumergir cada uno en el chocolate fundido. Dar unos golpes para que se escurra el sobrante y pinchar en poliestireno, corcho o en un cartón para que se sequen. Añadir detalles con glasa real o un rotulador comestible si se desea.
Con qué acompañar los cake pops
Los cake pops o bizcobolas de mazapán son perfectos para envolver de forma individual y repartir con los amigos o regalar para tener un detalle en el reencuentro tras las fiestas. Es una dulce manera de decir adiós a las fiestas.
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