No nos gusta tirar comida, así que estamos acostumbrados a reutilizar sobras y darles una nueva vida. Siempre intentamos ingeniar alguna cosa cuando hay sobras en la nevera. Normalmente terminan en forma de pizza, empanada o como relleno de pimientos o canelones, pero otras veces en un rico postre como esta espuma ligera de leche merengada.
Para hacer este receta utilizamos la leche sobrante de empapar las torrijas glaseadas al caramelo salado y para hacer la espuma usamos el sifón de espumas que teníamos medio olvidado. Si no disponéis de sifón sólo tenéis que disolver dos hojas de gelatina neutra cuando la leche aún esté tibia y agregar dos claras montadas a punto de nieve a la mezcla.
Calentamos a fuego suave la leche junto a la nata, el azúcar, la rama de canela, la cáscara de naranja y limón y el licor de naranja. Dejamos que llegue a hervir, tapamos e infusionamos hasta que casi esté completamente fría.
Colamos y vertemos en el sifón de espumas. Colocamos las dos cargas de nitrógeno y refrigeramos durante unas horas, a mí me gusta dejarlo toda la noche en frío.
Ponemos la boquilla que prefiramos en el sifón y echamos la espuma de leche merengada justo antes de llevarla a la mesa en los vasos de presentación. Adornamos con canela en polvo y ralladura de limón.
Con qué acompañar la espuma ligera de leche merengada
Nos encanta la leche merengada, es uno de nuestros sabores preferidos si hablamos de helados, así que no podíamos desaprovechar esta leche aromatizada que sobró de unas torrijas para hacer una espuma ligera. Un postre muy rico y súper sencillo que además nos sirve como acompañamiento perfecto para tomar con las torrijas glaseadas al caramelo salado que hemos mencionado en la introducción.