No se puede negar que una buena galleta de mantequilla es una tentación para los más golosos, pero también podemos preparar dulces con otras grasas. Esta receta de galletas de aceite de oliva con crocanti de almendra son un ejemplo estupendo, y también salen riquísimas.
Con el aceite de oliva ocurre igual que con la mantequilla, es mejor emplear uno de calidad aunque sea en una receta dulce. La intensidad aromática ya irá dependiendo del gusto de cada uno, y permite jugar con los distintos matices. El toque crocanti añade un punto extra crujiente delicioso.
Echar dos huevos en un cuenco y reservar el otro aparte. Batirlos con el azúcar usando una batidora de varillas hasta tener una mezcla homogénea y algo espumosa. Agregar el aceite de oliva y la vainilla y batir un poco más.
Colocar la harina con la levadura y la sal en otro recipiente más grande. Echar la mezcla de ingredientes húmedos y trabajar la masa hasta que quede homogénea y suave. Amasar y formar un disco, envolver en plástico film y dejar en la nevera como mínimo 30 minutos.
Precalentar el horno a 180º C y preparar una bandeja. Colocar la masa fría sobre una superficie ligeramente enharinada y estirar hasta dejar un grosor de 5-6 mm. Recortar las galletas y distribuirlas en la bandeja, separándolas un poco entre sí.
Batir el huevo restante y pintar las galletas. Decorar con crocanti de almendra o avellana al gusto, presionando ligeramente. Hornear durante unos 15 minutos, hasta que se hayan dorado al gusto. Esperar un par de minutos fuera del horno y dejarlas enfriar completamente sobre una rejilla.
Con qué acompañar las galletas
Estas galletas de aceite de oliva con crocanti de almendra tienen un sabor suave y no son demasiado dulces, por lo que podemos tomarlas tanto con el café después de comer como en el desayuno o en la merienda. Son estupendas para mojar en la taza de leche.