En casa tenemos un pequeño problema, y es que a mi novio le encanta el chocolate blanco pero a mí no me hace mucha gracia - considero que no es digno de llamarse chocolate -. Pero de vez en cuando cedo y le doy el capricho de hornear algún dulce con él, como estas galletas de chocolate blanco con frutas.
Tienen algo de truco, ya que el chocolate blanco no va añadido a la masa en forma de trocitos. Lo derretiremos primero para incorporarlo a todos los demás ingredientes, así aporta su sabor de una manera más sutil y queda camuflado en la textura de la masa. Son unas galletas crujientes que podemos personalizar variando la mezcla de frutas al gusto.
Ingredientes para unas 30-35galletas grandes
- 175 g de chocolate blanco, 200 g de mantequilla a temperatura ambiente, 2 huevos L, 100 g de azúcar blanco, 100 g de azúcar moreno, 1 cucharadita de esencia de vainilla, 350 g de harina, 1/2 cucharadita de sal, 2 cucharaditas de levadura química, 200 g de frutas secas (pasas, arándanos, orejones, piña, cerezas…).
Cómo hacer galletas de chocolate blanco con frutas
Trocear el chocolate blanco y derretir al baño maría. Dejar templar un poco. Colocar la mantequilla con los azúcares en un recipiente grande y batir con batidora de varillas un par de minutos. Añadir el chocolate derretido y la vainilla, y batir un poco más.
Incorporar la harina, la levadura química y la sal, y mezclar todo bien hasta tener una masa homogénea. Agregar las frutas y mezclar para distribuirlas bien en la masa. Tapar y dejar reposar en la nevera 30 minutos. Precalentar el horno a 180ºC y preparar varias bandejas.
Tomar cucharadas de masa del mismo tamaño y distribuirlas por las bandejas, dejando varios centímetros de separación entre ellas. Dejar una forma redondeada y ligeramente aplanada, si las queremos crujientes. Hornear durante unos 10-12 minutos, hasta que estén doradas. Esperar unos instantes fuera del horno y dejar enfriar completamente sobre una rejilla.
Tiempo de elaboración | 1 hora Dificultad | Fácil
Degustación
Estas galletas de chocolate blanco y frutas harán las delicias de los más golosos. Lo mejor es guardarlas en una buena caja o bote hermético y disfrutarlas sin excesos por ejemplo a la hora de la merienda, con un buen vaso de leche.
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