No sé qué tienen las pastas con forma de rosco o rosquillas que cada vez que me encuentro con una receta, siento una necesidad urgente de prepararla. Es lo que me ocurrió al encontrarme con esta receta de galletas o roscos bussolà buranelli, unas galletas que si no me equivoco son típicas del Véneto.
He visto versiones con forma de S, pero yo me decanto más por crear pequeños roscos con la masa, muy sencilla de manejar tras un breve reposo en la nevera. Son galletas simples pero deliciosas, crujientes y con el punto justo de azúcar.
Derretir la mantequilla y dejar enfriar ligeramente. Colocar el azúcar con las yemas de huevo en un recipiente y batir con batidora de varillas unos minutos, hasta que espese y adquiera un color pálido. Añadir la mantequilla, la ralladura de limón y la vainilla, y batir un poco más.
Incorporar la harina con la sal y mezclar todo bien hasta tener una masa homogénea. Tapar con plástico film y dejar enfriar en la nevera durante 1 hora. Precalentar el horno a 170ºC y preparar una bandeja con papel sulfurizado.
Dividir la masa en unas 20-25 porciones del mismo tamaño, formar cilindros de algo menos de 1 cm de grosor y unir los extremos para obtener roscos. Colocar en la bandeja y continuar con toda la masa. Hornear entre 15 y 20 minutos, hasta que se doren ligeramente. dejar enfriar sobre una rejilla.
Con qué acompañar los roscos
Los roscos bussolà buranelli son unas galletas crujientes con gran aroma a limón y vainilla, deliciosas para tomar con el café después de comer o a la hora de la merienda. Aguantan muy bien varios días en un recipiente hermético.