Os he comentado otras veces que me encanta el té, así que también me gustan los pequeños dulces con los que podamos acompañar una taza, como pastas, galletitas o unas madeleines de limón y frambuesa como estas que os presento hoy.
Lo único que he hecho es modificar la receta base que siempre utilizo para variar los ingredientes a mi antojo, manteniendo las proporciones de la fórmula, de este modo podemos hacer múltiples sabores, como sucede con las magdalenas o bizcochos. El número de madeleines es orientativo ya que todo depende del tamaño de las cavidades de vuestro molde.
Calentamos el horno a 200º con calor arriba abajo sin aire. Fundimos la mantequilla hasta que tenga un ligero tono tostado, sin llegar a quemarse. Dejamos templar. Mientras batimos los huevos con el azúcar y la ralladura, hasta que aumenten de volumen.
Agregamos, sin dejar de batir, la miel y la mantequilla. Echamos tamizada la harina junto a la levadura y mezclamos con una lengua. Por último incorporamos la frambuesa** troceada.
Vertemos la masa en los moldes de madeleine y horneamos durante unos 8-10 minutos, depende del horno, hasta que veamos que se han inflado y están ligeramente doradas. Sacamos a una rejilla y dejamos enfriar completamente.
Con qué acompañar las madeleines de limón y frambuesa
Las madeleines de limón y frambuesa se conservan perfectamente varios días siempre que las mantengamos alejadas del aire y la humedad, en una lata por ejemplo. Y si las cubrimos con cobertura de chocolate se hace una capa protectora, que hace que se mantengan más tiernas durante más tiempo, aunque lo recomendable es tomarlas tibias, ¡son deliciosas!