En las redes angloparlantes más azucaradas es bien conocida la receta de los cupcakes dónut, que inevitablemente llaman la atención por su sugerente nombre. El problema es que te puedes llevar un chasco porque tal denominación solo corresponde a la cobertura de los pastelitos, que imita, teóricamente, al sabor más tradicional del bollo redondo y frito.
Superada la decepción inicial, el formato mini de estos dulces es ideal para darse un capricho ocasional muy goloso, sobre todo si somos amantes del sabor de la canela. Es una receta muy sencilla perfecta para tener en casa y ofrecer a las visitas.
Precalentar el horno a 175º C y preparar una bandeja con 24 cavidades para mini cupcakes. Batir la mantequilla con el azúcar en un recipiente amplio. Añadir el huevo, la nata y la esencia de vainilla y batir un poco más.
Tamizar encima la harina con la levadura química, el bicarbonato y la sal. Batir sólo hasta que quede todo bien incorporado y la masa sea homogénea. Repartir en los moldes y hornear durante unos 8-10 minutos, hasta que al pinchar con un palillo salga limpio. Colocar en una rejilla.
Derretir la mantequilla de la cobertura en un cuenco. Colocar el resto del azúcar con la canela en otro cuenco y mezclar muy bien. Mojar la cabeza de cada cupcake en la mantequilla y rebozar luego en el azúcar. Dejar enfriar y continuar con el resto.
Con qué acompañar los mini cupcakes
Si como a mí os apasiona el sabor del azúcar mezclado con canela, estos mini cupcakes dónut os serán irresistibles. En pequeño tamaño son perfectos para no empalagarse demasiado, mucho mejor si se combinan con café o alguna bebida que refresque el paladar sin añadir más azúcar a la mezcla.