Aunque su nombre original es pan de mango (mango bread), el resultado de esta receta es un cake dulce, húmedo y esponjoso, con sabor a fruta y a harina integral. Para elaborarlo solo necesitas un bol y una espátula para remover la masa y es que no hay que batir mantequilla, pues su base grasa la va a constituir el aceite, así que más sencillo imposible.
Eso sí, al llevar tanta fruta su cocción es lenta y larga, mucho más que un clásico bizcocho y es conveniente, porque si no se nos arrebataría rápidamente por fuera quedando crudo por dentro. Así que ir vigilando su horneado y comprobando que la fruta del interior esté cocinada.
Precalentar el horno a 180ºC con calor arriba y abajo. Cortar el mango pelado en cuadraditos y rallar la manzana. Batir con unas varillas los huevos y el aceite juntos hasta que doblen su volumen. En otro bol mezclar la harina, los dos tipos de azúcar, la levadura química y el bicarbonato.
Echar los ingredientes líquidos sobre los secos. Mezclar con una espátula y añadir la fruta. Remover y pasar a un molde alargado horneándolo durante una hora y media. Vigilar con una brocheta de madera que esté hecho.
Con qué acompañar el bizcocho de mango
El "pan" de mango resulta ideal para desayunar o tomar con una bebida tipo café, leche o infusión a la merienda. Es tan jugoso que no necesita de mantequilla ni mermelada. Eso sí, al llevar tanta fruta, no es conveniente guardarlo más de dos días a temperatura ambiente, y menos en verano.
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