No es que me hagan falta excusas para darnos un nuevo capricho de cacao en casa, pero la bajada de temperaturas y las lluvias han sido la ocasión perfecta para animarme a encender el horno tras muchos días de calor. Este pastel de chocolate y vino tinto con ganaché es sencillo en sus ingredientes, pero profundamente sabrosa.
Y es que si el chocolate combina de maravilla con muchos ingredientes, hay algunos para los que parece estar destinado. Yo suelo optar por el café a la hora de cocinar con cacao, pero en este caso el producto estrella es el vino tinto. ¿Qué botella usar? Lo dejo a vuestro criterio, aunque recordad que para que cualquier receta sea un éxito hay que apostar por los ingredientes de la mayor calidad posible. Nunca cocinéis con un vino que no os beberíais en copa.
Precalentar el horno a 180ºC y preparar un molde de unos 22 cm de diámetro, mejor si es de fondo desmontable. Engrasar con aceite o mantequilla y espolvorear con cacao en polvo, sacudiendo el exceso.
Tamizar en un recipiente mediano la harina con el cacao en polvo, el bicarbonato sódico, el café y la sal. Añadir el aceite de girasol, el vino tinto y la esencia de vainilla. Mezclar con unas varillas con movimientos suaves hasta tener una masa homogénea.
Verter en el molde, dando unos golpecitos para igualar la superficie y romper las burbujas más grandes que surjan. Hornear durante unos 25-30 minutos, vigilando hacia al final de la cocción para que no se pase demasiado. Esperar unos minutos fuera del horno antes de desmoldar y dejar enfriar completamente sobre una rejilla.
Para la ganache, calentar en un cazo la nata con el vino, mezclando con unas varillas. Justo antes de que rompa a hervir añadir el chocolate troceado, retirar del fuego y mezclar muy bien hasta tener una crema homogénea. Dejar que se enfríe al menos 20 minutos.
La ganache tiene que estar todavía cremosa pero no muy líquida, y hay que usarla cuando el bizcocho esté frío. Cubrir repartiendo bien la crema, dejando que caiga por los bordes de forma natural para darle un aspecto algo rústico. Se puede añadir más ganaché al gusto dejando una capa más gruesa. Esperar a que se seque un poco antes de servir o reservar en la nevera.
Con qué acompañar el pastel de chocolate y vino
Este pastel de chocolate y vino tinto se puede tomar con la ganacé todavía cremosa o se puede dejar enfriar en la nevera para que se endurezca un poco. En cualquier caso, es un bocado delicioso que podemos disfrutar a cualquier hora de este #díadelchocolate, con una copa de vino al lado, café o simplemente, un buen vaso de leche fresca.
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