Es complicado tratar de resumir qué es exactamente un pudding para los británicos, porque ni ellos lo tienen demasiado claro. El término se aplica en a elaboraciones muy distintas, desde el navideño Christmas pudding hasta recetas de aprovechamiento como el pudin de pan al cacao, lejos del concepto más cremoso que se tiene en otros países. Disertaciones aparte, este pudding de arándanos es una especie de pastel muy jugoso que también se come a cucharadas.
Por lo facilísimo que se resulta y la gran cantidad de arándanos que protagonizan la masa, teníamos que probar la receta que Benjamina Ebuehi compartió hace un tiempo en The Guardian. La idea de añadir harina de maíz fina, tipo polenta de grano fino -ojo, no es maizena ni sémola ni harina precocida-, nos pareció estupenda para lograr ese punto más crujiente y rústico, que tan bien combina con la textura jugosa del pastel.
Precalentar el horno a 170º C con calor arriba y abajo, sin aire. Engrasar con mantequilla una fuente de horno que sea profunda y de tamaño mediano. Lavar y secar suavemente los arándanos.
Disponer la fruta en un cazo o sartén con 50 g de azúcar y la ralladura y zumo del medio limón. Calentar a fuego medio y bajar la potencia cuando casi empiece a hervir. Cocer removiendo suavemente unos 3-5 minutos, o más tiempo si preferimos que la fruta sea más compota y deje más jugo en la masa. Apartar y reservar para que se enfríe un poco.
Derretir la mantequilla y mezclar con la leche, la vainilla y el huevo. Combinar en un recipiente amplio todos los ingredientes secos; formar un hueco central y añadir la mezcla húmeda. Remover suavemente con unas varillas grandes hasta tener una masa homogénea.
Llenar el molde con la masa y agregar todo el contenido del cazo de los arándanos, procurando echar todos los jugos. Presionar ligeramente la fruta y hornear durante 30-35 minutos. Se puede servir templado o esperar a que enfríe en el molde.
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Con qué acompañar el pudding británico de arándanos
Tradicionalmente este tipo de pasteles o postres se sirven templados con nata líquida espesa, o bien con una crema inglesa o su equivalente de natillas más líquidas. También podemos tomarlo a temperatura ambiente con un buen yogur natural, nata semimontada o una bola de helado de vainilla.
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