Me encantan los pasteles con aspecto rústico como este Oreo Cake. El acabado no es necesariamente perfecto, pero su sabor es extraordinario, tanto que sólo con probarlo dan ganas de comérselo entero y no dejar ni una miga. Si anda cerca algún fan de estas famosas galletas, escondedle la tarta.
Aunque parezca lo contrario, no es nada empalagoso, al contrario, el bizcocho es tan húmedo y esponjoso que no es necesario humedecerlo antes de rellenarlo. Os pongo las cantidades que usé yo, porque la receta original llevaba el doble de azúcar y casi la mitad más de mantequilla, me pareció una exageración y realmente no le hacen falta.
Con qué acompañar la tarta de galletas Oreo
Esta receta de Oreo cake es ideal para preparar en una celebración importante, como un aniversario, porque no es muy complicado de preparar y el resultado es maravilloso. Lo mejor es conservar el pastel en la nevera hasta el momento de servirlo, así se mantendrá firme. No le hace falta nada más que un café, un vaso de leche o té para acompañar y disfrutar.
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Empezamos preparando los moldes de 20 cm forrándolos de papel sulfurizado y precalentando el horno a 180ºC. Después, tamizamos los ingredientes secos, es decir, la harina, la sal, la levadura, el cacao y el bicarbonato. Reservamos. Batimos la mantequilla con el azúcar hasta que la mezcla blanquee.
Añadimos el extracto de vainilla y los huevos de uno en uno, batiendo bien después de incorporar cada uno. A continuación agregamos la leche y la mezcla de harina que habíamos tamizado, lo hacemos alternando ambas, hasta conseguir una crema uniforme.
Repartimos la masa entre los dos moldes que teníamos reservados y horneamos durante unos 25 minutos o hasta que pinchando con un palillo este salga limpio. Lo sacamos del horno y mientras enfría preparamos el frosting batiendo la mantequilla hasta que quede cremosa, añadimos el azúcar molido y batimos hasta que la mezcla blanquee, unos 5 minutos.
Añadimos el extracto de vainilla y vamos incorporando el queso a cucharadas grandes, batiendo a velocidad media hasta que esté todo unido. Picamos las galletas Oreo y las unimos al frosting, removiendo con una espátula. Para montar el cake, partimos cada bizcocho por la mitad y vamos juntando las capas con el frosting. Terminamos recubriendo con el resto de cobertura.