Recetas como estas pastas mantecadas son de las que apetece preparar cuando caen las temperaturas, suenan truenos amenazantes o la lluvia golpea en las ventanas. Una especie de galletas con ingredientes sencillos y elaboración simple, de esos dulces que de verdad saben a pueblo, pues hay infinidad de versiones por todos los rincones de nuestro país.
La manteca de cerdo aporta un sabor y una textura muy especial a este tipo de dulces, como comprobamos recientemente en las perrunillas. No son tan arenosas como los navideños mantecados o polvorones, pero sí conservan esa miga suave, que conviene no hornear demasiado para que no se vuelvan muy duras. Se conservan muy bien durante muchos días en una caja hermética, y son perfectas para endulzar una taza humeante en las ya más cortas tardes.
Dejar que la manteca se atempere un poco fuera de la nevera, y también los huevos. Cuando la primera esté blanda, batirla con unas varillas eléctricas o manuales junto con el azúcar, hasta que este se disuelva. Agregar los huevos, la ralladura de naranja, la canela y el vino, y batir un poco más.
Añadir las dos harinas poco a poco, batiendo primero y mezclando a mano con una cuchara grande o espátula, hasta formar una masa homogénea y húmeda, pero no pegajosa. Quizá no tengamos que echar toda la harina, pues depende del tamaño de los huevos y el tipo de harina que usemos. Debe ser maleable, despegándose de las paredes del bol sin resquebrajarse.
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Dividir en dos, formar discos y envolver en plástico film. Dejar reposar en la nevera durante media hora. Cuando pase el tiempo, precalentar el horno a 180ºC y preparar dos bandejas con papel sulfurizado. Batir ligeramente la clara.
Estirar cada porción dejando un grosor de 1 cm o 1,5 cm, y recortar las pastas con el cortador o molde que se prefiera. Distribuirlas en las bandejas, pintar con la clara de huevo y decorar con sésamo o almendras, y un poco de canela extra. Si se prefieren más dulces, espolvorear con azúcar.
Hornear una bandeja cada vez durante 10-15 minutos, vigilando bien que no se doren en exceso. Puede ser necesario girar la bandeja a media cocción si el horno no cuece igual por todos lados. Enfriar sobre una rejilla.
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Con qué acompañar las pastas mantecadas
Estas galletas son para mojarlas en lo que más nos reconforte o apetezca tomar a media tarde, también en la sobremesa con el café. Leche fría o caliente, una infusión o té, o una bebida vegetal aromática con especias y cúrcuma son buenas opciones.
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