Me gusta tanto la repostería que no me importa encender el horno aunque sea pleno agosto, pero para ser sincera, reconozco que si puedo preparar un delicioso postre como esta refrescante tarta de mousse de piña y coco, sin tener que pasar por el caluroso trámite de hornear un bizcocho, muchísimo mejor.
Esta es una de esas tartas que os aconsejo preparar el día anterior, de este modo se endurece perfectamente y aguanta el tipo cuando se saca del molde. A mis hijos les pareció que era poco dulce, pero ellos son unos golosos, para mí y el resto las proporciones estaban perfectas. Si vosotros también sois golosos, sólo tenéis que incrementar un poco la cantidad de azúcar.
Para hacer la base de galletas sin Thermomix, trituramos las galletas con un robot de cocina o bien las metemos en una bolsa y les pasamos un rodillo por encima para pulverizarlas. Añadimos la mantequilla derretida y mezclamos hasta obtener una masa, que iremos pegando en la base de un molde para tartas desmontable de 22 o 24 centímetros forrado con papel de horno por la parte de abajo. Reservamos en la nevera.
Para hacer la base de galletas con Thermomix, ponemos las galletas en el vaso y trituramos 15 seg/vel 8. Con la espátula, bajamos la trituración hacia el fondo del vaso. Añadimos la mantequilla y mezclamos 3 min/50º/vel 3. Ponemos la mezcla en un molde desmontable de 22 o 24 cm con la base forrada con papel de horno y la extendemos, presionándola con el dorso de una cuchara para que quede compacta. Reservamos en la nevera.
Para hacer la mousse de piña con Thermomix, colocamos la mariposa en las cuchillas, ponemos la nata y la montamos a velocidad 3,5 hasta que esté cremosa, con cuidado de no pasarnos. La ponemos en un bol grande y la guardamos en la nevera. Ponemos en el vaso la piña en su jugo (reservando 1 o 2 rodajas para decorar), el azúcar y la gelatina, trituramos 20 seg/vel 5 y programamos 10 min/70º/vel 1. Vertemos en un bol y dejamos enfriar pero sin que cuaje, unas dos horas.
Para hacer la mousse de piña sin Thermomix, montamos la nata y la guardamos en la nevera. Trituramos la piña en su jugo (reservando 1 o 2 rodajas para decorar), el azúcar y la gelatina. Ponemos la mezcla en un cazo y la calentamos sin que llegue a hervir, removiendo para que no se pegue, después la dejamos enfriar pero sin dejarla cuajar.
Para montar el pastel, añadimos poco a poco la mezcla de piña a la nata montada y mezclamos con movimientos envolventes hasta que todo esté bien integrado. Vertemos sobre la base de galletas y dejamos enfriar unas 4 horas, mejor si es toda la noche. Espolvoreamos con el coco rallado, decoramos con las rodajas de piña reservadas, retiramos el aro del molde y servimos.
Con qué acompañar la tarta de mousse de piña y coco
Esta tarta de mousse de piña y coco es ideal para cerrar una comida especial. La decoré únicamente con piña troceada, pero no dudéis en dar rienda suelta a vuestra imaginación para conseguir un resultado más llamativo. Si os gustan las tartas heladas, sólo tenéis que introducirla en el congelador el tiempo suficiente para que endurezca.
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