El día 3 de febrero se celebra la festividad de San Blas. En la zona de la casa de mis padres en Murcia se festejan las fiestas del barrio durante toda la semana, junto a la Candelaria, humildes pero que me traen muy buenos recuerdos de la infancia. Hace unos años descubrí que por todo el país se suceden distintas celebraciones de este santo, con recetas como estas rosquillas de San Blas típicas en diferentes regiones.
Lo cierto es que hay muchas recetas de roscos y otros dulces dedicados a este santo. Hay versiones más o menos grandes, horneadas o fritas, con glaseado o sin él, con más o menos anís, manteca o incluso con almendra.
Para esta ocasión he querido adaptar una receta de Eva Arguiñano ya que yo buscaba no tener que freír, aunque me encantan las rosquillas caseras tradicionales, y me parecieron muy sencillas de elaborar.
Precalentar el horno a 165ºC y preparar un par de bandejas, engrasándolas o cubriéndolas con papel sulfurizado. Colocar los tres huevos en un recipiente amplio junto con el azúcar, el anís dulce, la ralladura de limón y el aceite de oliva. Batir con ayuda de una batidora de varillas a velocidad alta, durante 2-3 minutos, hasta que esté bien esponjoso. Incorporar poco a poco la harina mezclada con la sal y el bicarbonato, batiendo ligeramente. No echar toda de golpe, puede que no haga falta toda.
Mezclar bien con una espátula o cuchara grande, añadiendo un poco más de harina si la masa fuera excesivamente pegajosa. No tiene que quedar muy seca, pero sí manejable. Engrasar ligeramente una superficie limpia y amasar pequeñas porciones, con las manos también engrasadas. Estirar pequeños rollitos y unir los extremos para formar roscos. Distribuirlos en las bandejas y hornear durante unos 20-25 minutos.
Mientras tanto, batir con batidora de varillas las claras de huevo con el azúcar glasé, hasta obtener un glaseado blanco espeso. Echar algo más de azúcar si quedara demasiado líquido. Colocar las rosquillas horneadas sobre una rejilla, todavía templadas, y pintarlas con el glaseado. Se puede dar dos capas para que quede más espeso. Dejar secar totalmente antes de servir o guardar.
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Con qué acompañar las rosquillas de San Blas
Esta receta de rosquillas de San Blas es un bocado dulce que podemos tomar cuando más nos apetezca, sobre todo en la merienda o incluso en el desayuno. Son roscos secos pero ligeramente tiernos en su interior, si no nos hemos pasado con el horneado. Aguantan muy bien varios días guardados en un recipiente hermético.
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