Repito con Lorraine Pascale, pero es que su libro me tiene enamorada. Esta receta de semifrío de frambuesas no es un helado propiamente dicho, pero como postre de verano es ideal por su frescura y su delicioso sabor.
Lorraine aconseja acompañarlo con chocolate fundido, pero os aseguro que no necesita ningún complemento. Lo mejor es hacerlo el día anterior para que pueda coger cuerpo. La ventaja de esta receta es que no es necesario heladera para conseguir un excelente resultado y se prepara muy fácilmente.
Empezamos forrando un molde alargado de papel film, dejando que sobresalga por los bordes. Para que se pegue y sea más fácil, podemos rociar antes el molde con un poco de agua. Si usamos frambuesas congeladas, previamente las dejamos descongelar.
Trituramos las frambuesas con una batidora de brazo o túrmix, vertemos la mezcla en un colador grande sobre un bol. Exprimimos con una cuchara de madera para ayudar a colarla, desechamos las semillas del colador y reservamos el jugo obtenido.
Ponemos en un bol el azúcar y la mitad de las claras. Batimos a punto de nieve. Añadimos el resto de claras y seguimos batiendo hasta que queden bien compactas, blancas y brillantes. Reservamos. En otro bol batimos la nata y le añadimos la vainilla.
Con una cuchara, incorporamos la nata a las claras, agregamos las frambuesas trituradas y mezclamos sólo ligeramente, para que se queden las vetas. Vertemos en el molde, alisamos la superficie y metemos en el congelador, mejor toda la noche. Lo sacaremos 10 minutos antes de servirlo, tiramos del film y lo volcamos sobre una fuente.
Con qué acompañar el semifrío de frambuesas
Esta receta de semifrío de frambuesas es apropiada tanto para servirla después de una comida como para una merienda dulce. Al enfriarse en un molde de plum cake es muy fácil realizar cortes para los comensales y además cunde muchísimo. Acompañadlo con chocolate caliente derretido y frambuesas frescas.