Que en Asturias se come muy bien no es algo que vaya a pillar por sorpresa a nadie -esperamos-, pero quizá sí habría que reivindicar más su encantadora repostería tradicional, más allá de las recetas de galletas caseras. El surtido de elaboraciones que se pueden descubrir simplemente recorriendo sus pequeños pueblos y ciudades es un sueño para los más golosos, y estos humildes suspiros de Pajares no decepcionan.
Pocos pero buenos ingredientes son los que nos regalan unas galletas o pastas con puro sabor a mantequilla, con una textura crujiente pero muy suave, y ese aroma lácteo que nos transporta a una nostálgica y algo utópica infancia. Para prepararlos necesitamos elaborar primero la manteca de vaca o mantequilla clarificada que ya compartimos; que a nadie le dé pereza, pues el pequeño esfuerzo merece la pena.
Hemos seguido la receta de Noelia en La cucharina mágica, quien nos explica el por qué del nombre de estas delicias. Son un dulce originario del pequeño pueblo de Pajares (Payares), situado en el puerto homónimo, antigua vía de enlace entre León y Asturias. Se cree que a este tipo de pastas se les llama "suspiros" porque las preparaban las mujeres esperando a que volvieran los maridos de las tareas del campo, aguardando largas horas en jornadas frías.
Así pues, no tienen nada que ver con los suspiros aireados a base de merengue, estas son unas galletas de mantequilla a la antigua usanza, con el sabor y la textura tan especiales que aporta la manteca cocida. Algunas recetas añaden un toque de ralladura de limón o incluso canela, pero recomendamos dejarlas tal cual para saborearlas en su plenitud.
Una vez lista la mantequilla clarificada, templada a temperatura ambiente, precalentar el horno a 180ºC con calor arriba y abajo, y preparar un par de bandejas con papel sulfurizado antiadherente.
Disponer la mantequilla en un recipiente amplio con el azúcar y batir con batidora de varillas hasta obtener una crema esponjosa y suave. Agregar el huevo y batir un poco más hasta incorporarlo.
Añadir la sal y un tercio de la harina. Batir a velocidad baja para homogeneizar, e ir añadiendo el resto de la harina poco a poco, batiendo, hasta dar con una masa homogénea, blanda pero no muy pegajosa, que se despegue de las paredes del bol.
Dependiendo de nuestra mantequilla y tamaño del huevo podremos necesitar más o menos harina, así que es mejor ir poco a poco. La masa debe ser maleable sin pegarse a las manos. Coger porciones del tamaño de una nuez, bolear y aplastar con las manos para formar discos, de unos 5 mm de grosor.
Si se desea, rebozar una cara en azúcar, presionando con suavidad. Distribuir en las bandejas y hornear una cada vez, hasta que estén firmes y doradas, pero no tostadas, unos 12-15 minutos. Esperar un poco fuera del horno antes de dejar enfriar sobre una rejilla.
Con qué acompañar los suspiros de Pajares
Nada de complicaciones, estas deliciosas galletas solo necesitan un vaso de leche, café o té para mojar o acompañar. Son perfectas para sacar en la sobremesa o a media tarde con la cafetera recién hecha, aunque en verano nos pueden apetecer mejor con algo fresco como horchata casera. En días fríos harán una golosa pareja con una taza de [chocolate a la taza] caliente(https://www.directoalpaladar.com/postres/chocolate-a-la-taza-a-la-espanola-receta), y los más mayores podrán disfrutarlas, ocasionalmente, con una copa de vino dulce o licor.
En Directo al Paladar | Galletas de avena crujientes
En Directo al Paladar | Galletas de mantequilla