Cuando están de temporada, las buenas ciruelas hay que aprovecharlas para sacarles el máximo partido en la cocina. En la gastronomía suiza y alemana se utilizan mucho para preparar pasteles, y por eso han sido recuerdos familiares de otros veranos los que me han inspirado para esta tarta de queso fresco desnatado y ciruelas.
La versión suiza que he intentado recrear utilizaba queso Quark, muy típico por allí, aunque yo he querido probar una versión más ligera usando el queso fresco batido desnatado que se puede encontrar hoy en cualquier supermercado. La clave está en dejarlo escurrir para eliminar el máximo líquido posible, por eso hay que partir de una cantidad de peso mayor de la indicada en los ingredientes.
Es preferible escurrir el líquido que podamos del queso. Para ello disponer una tela de algodón fino sobre un colador encima de un recipiente adecuado y volcar en ella el queso. Dejar reposar como mínimo 1-2 horas, removiendo de vez en cuando.
Precalentar el horno a 165º C y preparar un molde redondo desmontable engrasándolo bien. Triturar las galletas usando una picadora o colocándolas en una bolsa y aplastándolas con un rodillo. Fundir la mantequilla y mezclar con las galletas.
Añadir queso fresco o yogur según sea necesario para conseguir una consistencia moldeable, no muy húmeda. Cubrir el fondo del molde, apretando bien con las manos. Reservar en la nevera.
Colocar los huevos con el azúcar, el azúcar vainillado y la sal en un recipiente grande. Batir con batidora de varillas durante unos 3-5 minutos, hasta que haya espesado bien y subido su volumen. Agregar el queso fresco batido desnatado, desechando el líquido que haya soltado. Mezclar con una espátula siguiendo movimientos envolventes.
Trocear las ciruelas en piezas del tamaño que se prefiera y añadir a la masa. Verter sobre el molde preparado, distribuyendo bien la masa de forma homogénea. Hornear a media altura durante una 1 hora, aproximadamente. Girar con suavidad a mitad de la cocción. Al pinchar con un palillo tiene que salir prácticamente limpio.
Despegar con cuidado la parte superior del molde usando un cuchillo o una espátula fina y dejar enfriar completamente antes de desmoldar. Guardar en la nevera durante al menos 1 hora antes de servir.
Con qué acompañar la tarta de queso fresco
Esta tarta de queso fresco desnatado con ciruelas está mucho más rica si se deja reposar bien en la nevera para que se asienten los sabores y resulte más agradable al paladar. Es un postre veraniego estupendo, fresco y ligero pero saciante.