El chutney es una salsa agridulce, de textura similar a la confitura, que se elabora con frutas o verduras cocidas en vinagre, especias y azúcar. Una auténtica bomba de sabor de origen hindú que descubrí durante el tiempo que viví en el Reino Unido, donde es muy común usarlos para acompañar quesos, aves, sandwiches y mucho más.
De entre todos los tipos de chutney que podemos hacer, mi favorito es el que se elabora con cerezas. De un par de años a esta parte, cada verano lo preparo adaptando los ingredientes adicionales a aquellos que tengo a mano. La de este año es este delicioso chutney de cerezas e higos secos, que esta para chuparse los dedos.
Comenzamos por las cerezas, que deshuesamos cortando por la mitad y retiramos los huesos con ayuda de una puntilla o cuchillo pequeño y afilado. Este trabajo nos lo ahorramos si tenemos un deshuesador, pero ese no es mi caso. Pesamos las cerezas hasta obtener el peso necesario, es decir, 500 gramos. Reservamos.
Lavamos los higos secos y los secamos con papel absorbente. Retiramos y desechamos el extremo del rabito, que es la parte más dura, y los picamos en trozos pequeños. Reservamos junto con las cerezas. Por otro lado, pelamos la cebolla y la cortamos en brunoise fina.
Calentamos el aceite en una cacerola y pochamos la cebolla, con una pizca de sal, a fuego suave durante cinco minutos y removiendo con frecuencia. Añadimos el resto de ingredientes, removemos y dejamos cocer a fuego medio-bajo durante 40 minutos y con la cacerola tapada. Removemos de vez en cuando para que no se nos pegue el chutney a la base de la cacerola, ya que los jugos se irán evaporando.
Transcurrido este tiempo, retiramos la tapa y dejamos cocer durante 20 minutos más, aproximadamente, o hasta que la mezcla haya espesado ligeramente y su textura se asemeje a la de una mermelada. Entonces, retiramos del fuego y dejamos atemperar al tiempo que reposa la mezcla. Hay que tener en cuenta que el espesor aumentará según se vaya enfriando, por lo que no conviene pasarse con el punto de cocción.
Repartimos el chutney en cuatro tarros de cristal y los guardamos, preferible que no necesariamente, en la nevera. No hace falta envasar al vacío ya que el elevado contenido de azúcar y el vinagre ayudarán a su conservación y durará meses sin estropearse.
Con qué acompañar el chutney de cerezas e higos secos
Este chutney de cerezas e higos secos, como todos los chutneys, gana con el tiempo de reposo. Por ello recomiendo aguantar las ganas de consumirlo hasta pasadas un par de semanas desde su elaboración. Lo podemos usar para acompañar carnes, especialmente pollo y cerdo, quesos o agregarlo a sandwiches. Una auténtica delicia que aporta un toque exótico a nuestros platos que no se olvida jamás.
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