A medida que los días se hacen más cortos, el mercado se va llenando de setas, boniatos, membrillos, manzanas, calabazas, naranjas y mandarinas, productos que, junto con las deliciosas castañas, nos hacen celebrar la llegada del otoño. El fruto seco con menos calorías es también un alimento que nos llena con su inconfundible olor de una reconfortante nostalgia, y podemos llevar esa experiencia al horno de casa.
El encanto de calentarse las manos compartiendo un cucurucho de castañas asadas en los tradicionales puestos callejeros sigue siendo una de nuestras actividades favoritas de esta época, cuando bajan de verdad las temperaturas, pero también nos gusta disfrutar de las ricas castañas asadas en casa. Quien tenga la posibilidad de prepararlas a la vieja usanza, con la sartén castañera sobre las brasas de la chimenea, es muy afortunado, pero los demás podemos asar las castañas al microondas o en el horno convencional.
No hay mucho misterio a la hora de asar castañas al horno, igual que cuando hacemos marron glacé, pero hay que tener en cuenta algunos puntos. Primero, comprar castañas de calidad, frescas y de origen nacional, que no hayan estado almacenadas demasiado tiempo, pues se estropean fácilmente. Si no las vamos a consumir pronto, es mejor mantenerlas en el cajón de la fruta de la nevera, y comprobar que no tienen moho ni gusanitos.
Además nunca hay que olvidarse de practicar un corte en la cáscara externa para que no exploten, y vigilar muy bien el tiempo de horneado. A partir de 15 minutos podemos probar una, y procurar no pasarnos de los 20 minutos en total, pues correremos el riesgo de que salgan durísimas. Y hay que darse prisa en tomarlas; no solo están más ricas recién hechas, también se pelarán mucho mejor.
Comprobar que las castañas no tengan daños y lavarlas bien con agua, escurriéndolas suavemente. Practicar un corte en un lateral con un buen cuchillo afilado o, más seguro, con unas tijeras de cocina, mejor sin llegar a atravesar la piel interior. Se puede hacer un corte simple o en cruz. Si se tiene tiempo, poner a remojo cubiertas con agua del grifo durante 15 minutos o hasta una hora.
Mientras, precalentar el horno a 200ºC y preparar una bandeja cubriéndola con papel sulfurizado o dejándola tal cual, ya que no se va a manchar mucho. Escurrir las castañas sin necesidad de secarlas.
Disponer las castañas en una sola capa sobre la bandeja de horno y humedecer con un poco de agua, o simplemente poner tal cual si no se han secado del todo. Hornear a media altura durante unos 15-20 minutos, vigilando muy bien que no se pasen o se pondrán duras como una piedra. Si el horno es muy potente, no poner aire o bajar la temperatur a 180º C.
Con cuidado de no quemarnos, envolver en un paño de cocina y dejar que suden un poco, removiendo suavemente con las manos para romper un poco las cáscaras- Dejar enfriar ligeramente pero pelarlas todavía en caliente para que sea mucho más fácil. Si se han enfriado mientras las pelamos podemos aprovechar el calor residual del horno ya apagado para calentarlas un poco.
Con qué acompañar las castañas asadas
Las castañas asadas en casa pueden ser un postre o una merienda perfecta para compartir en familia. Si nos sobran las podemos guardar unos días en la nevera en un recipiente hermético, incluso para añadirlas a ensaladas o cocinar todo tipo de platos, como un arroz cremoso de castañas, una crema de castañas, un pan o para hacer marron glacé. Son deliciosas también acompañando postres de fruta, manzanas asadas o helados.
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